Blindar el patrimonio en tiempos de incertidumbre económica, política o social es una necesidad creciente para personas y familias que buscan estabilidad y preservación de su capital a largo plazo.
La gestión patrimonial consiste en considerar la situación patrimonial global de un inversor (individual o un grupo familiar) y tomar las decisiones de inversión dirigidas a maximizar su patrimonio y protegerlo en el futuro.
La gestión patrimonial tiene una visión global de la inversión y puede abarcar aspectos diversos tales como la planificación patrimonial, fiscal, estructura legal, educación de los inversores y ética, planificación de la herencia a la próxima generación, seguros…
Cada patrimonio exige su planificación específica. La gran mayoría de las gestiones patrimoniales de éxito van asociadas al uso de prácticas profesionales. A menudo, uso la expresión que las empresas de éxito es el resultado de combinar una buena idea de negocio, con una gestión de los recursos y visión de futuro. Una gestión patrimonial exitosa siempre va asociada con una gestión “empresarial” de la misma.
En la gestión patrimonial es necesario definir la política de inversión. La política de inversión se define como el conjunto de reglas que forman el plan de acción dirigido a satisfacer los objetivos del inversor, en un determinado horizonte temporal y respetando su grado de aversión al riesgo.
La aplicación de la política de inversión permite:
- Aportar disciplina al proceso de inversión.
- Reducir la posibilidad de tomar decisiones inapropiadas.
La política de inversión implica definir:
- El objetivo de rentabilidad del inversor
- La tolerancia al riesgo del inversor
- El horizonte temporal del inversor
- Las restricciones del inversor (necesidades liquidez, impuestos, reglamentos, situación personal del inversor).
Además de las consideraciones anteriores, la rentabilidad de un patrimonio tiene que superar a la inflación y el coste de los impuestos.
Claves para una estrategia sólida de protección patrimonial:
En primer lugar, diversificación inteligente, con el objetivo de minimizar el riesgo concentrado. Esta diversificación debe producirse tanto en términos de clases de activos y sectores (monetario, renta fija, renta variable, inmobiliaria, activos alternativos,…). La diversificación incluye invertir en diferentes países para encontrar oportunidades y simultáneamente reducir el riesgo político o económico local
En segundo lugar, es clave que todos los activos que formen parte del patrimonio sean de calidad y que tengan un potencial de revalorización atractivo. Este es un punto clave para proteger el capital y permitir la revalorización de las diversas inversiones. Warren Buffet considera este uno de los puntos clave de su éxito como inversor patrimonialista durante sesenta años.
En tercer lugar, destacaría disponer de la estructura óptima de tipo jurídico, legal y fiscal. Para cada caso patrimonial, hay que analizar la organización patrimonial más adecuada y eficiente. Ello nos facilitará considerar procesos como planificación de herencias, donaciones, o ser más eficiente en los momentos de desinversiones y futuras próximas inversiones.
En cuarto lugar, la necesidad ineludible de disponer de un porcentaje de liquidez y reserva estratégica. Esta reserva de liquidez tiene por objetivo responder con rapidez ante emergencias u oportunidades. El fondo de liquidez debe cubrir entre 6 a 12 meses de gastos fijos y puede invertirse en productos monetarios, bonos con vencimientos cortos. Las encuestas que se publican anualmente realizadas a grandes family offices del mundo, nos muestran que siempre disponen entre un 10% a 14% del total patrimonial en posiciones de monetario y liquidez (cuentas, letras, bonos a corto plazo, fondos monetarios…)
En quinto lugar, la información y educación financiera continua. El objetivo en este caso es la toma de decisiones informadas ante los cambios en los mercados financieros, la economía y los riesgos globales.
En sexto lugar, considerar el uso y contratación de seguros (vida, salud, propiedad, responsabilidad civil…) donde sea necesarios y convenientes en la gestión patrimonial (empresa, inmobiliario, financiero…).
Finalmente, es necesario adoptar el papel del protocolo familiar para definir los papeles, reglas de actuación, responsabilidades y visión compartida de la gestión patrimonial. La gestión patrimonial de éxito suele ir asociada a familias con unas pautas claras sobre como actuar ante distintas situaciones. Es muy importante la adoptación de un protocolo familiar para evitar el bloqueo.
En conclusión, blindar el patrimonio no es solo proteger lo que se tiene, sino planificar con visión, adaptabilidad y prudencia. Una estrategia sólida combina instrumentos financieros, estructuras legales, educación constante y sentido común.
Para la gestión patrimonial con éxito y blindarlo en tiempo de incertidumbre son necesarios:
- Definir la estrategia de inversión (rentabilidad y riesgo esperados, horizonte temporal, restricciones).
- Gestión profesional de la inversión.
- Disciplina, trabajo, paciencia y perseverancia.
- Comprar y vender en momentos adecuados a valoraciones atractivas.