Claudio Aros, profesor, sobre el envejecimiento de la población en España: "Los trabajadores tendrán menos capacidad de comprar bienes"

Se prevé que en Europa la población disminuirá en más de 42 millones para 2050 debido a la baja natalidad, elevando la tasa de dependencia del 32% al 50%.

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A medida que la población mundial envejece y cambia su forma de consumir, el sector asegurador se ve obligado a adaptarse a nuevas necesidades y riesgos. Según el Informe Mundial sobre Seguros de No-Vida 2025, elaborado por el Instituto de Investigación Capgemini, este fenómeno está desencadenando una transformación estructural que impactará no solo en los productos aseguradores, sino también en la forma en que se gestionan, suscriben y prestan estos servicios.

El estudio pone el foco en una tendencia demográfica ineludible: el aumento de la población mayor de 65 años y la consiguiente disminución de la proporción de personas en edad laboral. Este cambio tiene implicaciones profundas en la economía, el mercado laboral y, especialmente, en sectores como el asegurador, donde la personalización, la prevención y la tecnología serán claves para responder al nuevo perfil de cliente.

Para arrojar luz sobre este tema y las futuras tendencias del mercado, hemos recurrido a la visión de Claudio Aros, profesor de OBS Business School, quien nos ofreció un análisis detallado en dos bloques. Sobre si el sector asegurador está listo para adaptarse a una población cada vez más envejecida y con hábitos de consumo distintos, el profesor Aros se muestra optimista.

Explica que las aseguradoras realizan estudios exhaustivos para anticipar los cambios, especialmente en lo referente a la economía y el mercado laboral, marcados por una proporción menor de trabajadores en comparación con una masa considerable de jubilados.

Según el experto, esta nueva configuración demográfica implicará una redistribución de la capacidad económica, con jubilados posiblemente poseyendo mayor poder adquisitivo que los trabajadores. Esto, a su vez, influirá en los patrones de consumo. "Por ejemplo, los trabajadores tendrán menos capacidad de comprar quizás bienes, viviendas o el automóvil tendrá otras formulaciones, mientras que los cuidados sí que pueden que tengan la posición de la vivienda y una renta más alta", señala Aros.

¿Qué implica el envejecimiento poblacional para las aseguradoras?

La transformación demográfica en curso tiene un impacto directo en el equilibrio entre población activa y jubilados. En Europa, se estima que para 2050 la población se reducirá en más de 42 millones de personas debido a la baja natalidad. La tasa de dependencia, que mide la proporción de mayores frente a personas en edad de trabajar, crecerá del 32% actual al 50%, lo que significa que habrá un mayor número de personas jubiladas por cada trabajador en activo.

Este escenario ejercerá presión sobre sistemas de pensiones, sanidad y servicios sociales, pero también redefinirá los hábitos de consumo, la movilidad urbana, la vivienda y, en consecuencia, los productos aseguradores que cubren estos aspectos.

Cambios en el consumo: más experiencias, menos bienes

Con el avance de la edad, también cambian las prioridades. El informe señala que el 45% de los consumidores espera incrementar su gasto en experiencias orientadas al bienestar, como viajes, artículos de lujo o reformas del hogar. En cambio, el 70% no prevé comprar una nueva vivienda, lo que pone de manifiesto un giro hacia la estabilidad y el disfrute del presente más que hacia la acumulación de bienes materiales.

Este cambio de enfoque obliga a las aseguradoras a replantear sus coberturas tradicionales. En lugar de centrarse únicamente en la protección del patrimonio, los seguros deberán incorporar componentes de prevención, resiliencia y asistencia personalizada, adaptados a hogares más pequeños y, en muchos casos, multigeneracionales.

En este contexto, el profesor subraya que el sector asegurador ya ha comenzado a responder a estas nuevas necesidades, citando el seguro de dependencia como un ejemplo de producto diseñado para proteger a la población envejecida. "De forma que yo creo que sí, totalmente, las aseguradoras se adaptan y ya tienen previsión un poco de este cambio que será en la economía y en el mercado laboral. Al final sean sus consumidores los que sean diferentes y tendrán necesidades diferentes", concluye. El profesor anticipa un cambio notable en el mercado asegurador. "Y lo que se prevé realmente es que haya un cambio bastante notorio”.

¿Cómo se transformarán los seguros más allá de 2025?

Capgemini anticipa un crecimiento diferenciado entre los ramos de seguros. Mientras que los seguros personales, como los de salud, hogar o vida, crecerán a un ritmo del 2,2% hasta 2050, se espera que los seguros para empresas y negocios lo hagan a un ritmo superior, del 3,4% en Europa continental. Este dinamismo responde al auge de la automatización y a la evolución del entorno laboral, marcado por cambios demográficos y tecnológicos.

En el sector del automóvil, por ejemplo, se prevé una transición hacia seguros para movilidad compartida y vehículos autónomos, ya que las personas mayores tienden a conducir menos. El informe revela que el 56% de los encuestados está dispuesto a sustituir sus viajes privados por transporte autónomo compartido. Además, se estima que para 2040, el 65% de las ventas de coches nuevos en Europa y EE.UU. serán vehículos autónomos avanzados.

Una de las principales transformaciones radicará en la evolución de las garantías ofrecidas en el seguro de hogar. Con una masa creciente de personas mayores propietarias, las coberturas tradicionales de daños podrían ceder terreno a garantías más preventivas y adaptadas a las necesidades de la edad. A esto se sumará la posible aparición de hogares envejecidos, viviendas más pequeñas o incluso la convivencia de dos familias, lo que requerirá una readaptación de las pólizas de hogar.

El sector de automóviles también experimentará una "vuelta", según Aros. La tendencia hacia vehículos más caros, una posible disminución del parque automovilístico y el auge de fórmulas híbridas o compartidas impactarán significativamente en el volumen de primas y exigirán coberturas completamente nuevas. "Entonces toda esta gran masa de volumen de primas de automóviles que tenemos se verá totalmente entera y las garantías y coberturas tendrán que ser totalmente diferentes", advierte.

Seguro de viaje y salud: nuevos horizontes

El envejecimiento también está modificando la forma en que las personas se desplazan. Según el informe, el 50% de los clientes planea gastar más en viajes en los próximos años. Paralelamente, se espera un incremento exponencial del turismo médico, que podría multiplicarse por cinco en el corto plazo. Este fenómeno obliga a las aseguradoras a diseñar productos de asistencia global y multiedad, con servicios que vayan más allá de la mera indemnización.

Por otro lado, el seguro de salud mantendrá su tendencia expansiva, intensificándose aún más la demanda entre las personas mayores. Esto implicará una ampliación de coberturas y un enfoque mayor en la prevención y las soluciones digitales. "Así que yo creo que salud la sanidad privada seguir avanzando y con unas exigencias preventivas y digitales", afirma el profesor.

En el ámbito laboral, la automatización se posiciona como una herramienta clave para sostener la productividad en un entorno con menos trabajadores jóvenes. Se estima que, pese al envejecimiento, el 50% de la población en edad laboral continuará trabajando a tiempo completo durante los próximos 20-25 años. Las aseguradoras deberán adaptarse a nuevos perfiles de riesgo derivados del uso de tecnología, el trabajo híbrido y los cambios en la estructura organizacional de las empresas.

Los cambios en los hábitos de consumo, con un mayor gasto en experiencias en detrimento de la compra de bienes duraderos, también influirán en el sector. Seguros como los de asistencia en viajes experimentarán un crecimiento, con garantías cada vez más orientadas a las necesidades específicas de los viajeros de mayor edad.

"De forma que lo que se hará será ir creando seguros a estas nuevas necesidades que van apareciendo de la población en BGC y también de la población joven que lo que hará será en lugar de gastar la renta en bienes pues lo acabará gastando seguramente en experiencias como pueden ser viaje, ocio o si no, pues dispositivos digitales costosos", detalla Aros.

Evaluación de riesgos: claves para un modelo asegurador del futuro

La transformación no solo es externa. Las aseguradoras deben reformular la forma en que evalúan y gestionan los riesgos. El informe de Capgemini identifica tres prioridades estratégicas en este ámbito:

  • Integración de datos sobre riesgos climáticos (58%)
  • Análisis predictivo de riesgos correlacionados (53%)
  • Modelado granular de factores demográficos (51%)

Estas herramientas permitirán a las compañías diseñar productos más personalizados y eficientes, adelantarse a posibles siniestros y optimizar sus procesos internos.

Una transformación obligada

El envejecimiento de la población no es una hipótesis, es una realidad en marcha. Este fenómeno no solo cambiará el perfil del cliente asegurado, sino también el de los trabajadores del sector, los canales de distribución y la naturaleza misma del riesgo. Las aseguradoras que no adapten sus estrategias corren el riesgo de quedarse atrás en un mercado cada vez más exigente, donde la flexibilidad, la digitalización y el conocimiento del cliente serán claves para sobrevivir.

La longevidad ya no es solo un desafío social: es un motor de cambio económico y una oportunidad para reinventar el sector asegurador. El profesor anticipa un fortalecimiento de la cultura de la previsión, impulsado por la necesidad de asegurar la jubilación ante un panorama demográfico desafiante. Esta tendencia se extenderá tanto a la población cercana a la jubilación como a los jóvenes, quienes comenzarán a ahorrar anticipadamente. “Creo que el sector está totalmente preparado y constantemente viendo las necesidades que tiene su población".

Puntos clave

  • El envejecimiento de la población mundial está obligando al sector asegurador a adaptarse a las nuevas necesidades y riesgos de un mercado con una creciente proporción de personas mayores y una disminución de la población en edad laboral.
  • Este cambio demográfico impacta directamente en los hábitos de consumo, con una tendencia hacia más gasto en experiencias de bienestar y menos en la adquisición de bienes.
  • Se anticipa un crecimiento diferenciado en los ramos de seguros, con un mayor dinamismo en los seguros para empresas y negocios debido a la automatización y la evolución del entorno laboral, mientras que en el sector del automóvil se espera una transición hacia seguros para movilidad compartida y vehículos autónomos.
  • El envejecimiento impulsa el crecimiento del turismo médico y exige el diseño de productos de asistencia global y multiedad.
  • Para adaptarse a este nuevo escenario, las aseguradoras deben reformular la evaluación y gestión de riesgos mediante la integración de datos climáticos, el análisis predictivo de riesgos correlacionados y el modelado granular de factores demográficos.