En un mundo cada vez más digitalizado, los riesgos informáticos se han convertido en una de las principales amenazas para las empresas. Desde ataques de ransomware hasta fugas masivas de datos, los ciberincidentes no solo afectan a las grandes corporaciones: también las pymes están cada vez más expuestas. Ante este panorama, el ciberseguro se ha consolidado como una herramienta esencial para garantizar la continuidad del negocio, proteger los activos digitales y blindar la reputación corporativa.
¿Qué es un ciberseguro y qué cubre?
Un ciberseguro es una póliza diseñada específicamente para proteger a las organizaciones frente a los daños financieros derivados de un incidente informático. Aunque la cobertura puede variar según la aseguradora, los seguros más completos incluyen:
- Responsabilidad civil por violación de datos (por ejemplo, la filtración de información confidencial de clientes).
- Gastos de recuperación de sistemas y restauración de datos tras un ataque.
- Pérdida de ingresos por interrupción del negocio.
- Costes legales derivados de demandas por negligencia en la protección de datos.
- Gestión de crisis y servicios de relaciones públicas para mitigar el impacto reputacional.a
- Rescate en ataques de ransomware, bajo ciertos términos y condiciones.
Esta cobertura, que hasta hace unos años parecía innecesaria, se ha convertido en una prioridad. Las consecuencias de no estar protegido pueden ser devastadoras.
¿Por qué es una necesidad urgente?
El número de ciberataques ha crecido exponencialmente en los últimos años. Según un informe de Check Point Research, en 2023 se registró un aumento del 38% en los ciberataques a nivel mundial, siendo los sectores más afectados el financiero, el sanitario y el educativo. En España, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) gestionó más de 118.000 incidentes de ciberseguridad solo en 2022, de los cuales más del 70% afectaron a pymes.
Estas cifras reflejan una realidad incontestable: todas las empresas, sin importar su tamaño o sector, son vulnerables. A menudo, las pequeñas y medianas empresas piensan que no serán objetivo por su bajo perfil, pero precisamente por tener menos recursos de protección suelen ser las más atractivas para los ciberdelincuentes.
Las consecuencias de no estar asegurado
El impacto de un ciberataque puede ser devastador. Más allá de la paralización operativa y el coste económico directo, están en juego la confianza de los clientes y la credibilidad de la marca.
- El coste medio de un ciberataque para una pyme se estima en más de 100.000 euros, según datos de Hiscox.
- La pérdida de clientes tras una brecha de seguridad puede ser irreversible.
- En sectores regulados, la filtración de datos puede derivar en multas millonarias por incumplimiento del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
En este contexto, el ciberseguro actúa como una red de seguridad financiera y operativa. No evita el ataque, pero sí ayuda a gestionar sus consecuencias de forma eficaz y menos traumática.
¿Qué factores influyen en la contratación de un ciberseguro?
Contratar un ciberseguro no es simplemente firmar una póliza: requiere un análisis previo de riesgos y un compromiso de la empresa por mejorar su ciberhigiene. Las aseguradoras valoran distintos elementos a la hora de calcular la prima y las coberturas:
- Nivel de digitalización de la empresa.
- Medidas de seguridad ya implementadas (firewalls, antivirus, backups, etc.).
- Historial de ciberincidentes.
- Sensibilidad de los datos que maneja.
- Formación de empleados en ciberseguridad.
En algunos casos, si la compañía no demuestra contar con un mínimo de protección básica, puede que la aseguradora rechace la cobertura o imponga condiciones más estrictas.
David Moreno Vegas, director de Operaciones y socio fundador de RCC ADVISORY, señala que el error más común que cometen las empresas al creerse protegidas contra ciberataques radicaba en la excesiva confianza basada en la idea de que, al ser pequeñas, piensan: "yo soy muy pequeño y eso a mí no me va a pasar". Añade que el segundo error consiste en la creencia de que simplemente instalando un firewall y un EDR (antivirus avanzado), ya estaban seguras. Subraya que la ciberseguridad debe fundamentarse en un análisis de riesgos específico del perfil de la empresa, utilizando ciberinteligencia y auditorías, así como la implementación de las medidas técnico-organizativas necesarias para mitigar esos riesgos, con una revisión constante.
En este punto, Dina Chaves, directora de Consultoría de ClarkeModet, señala que el fallo más habitual reside en considerar la ciberseguridad como un asunto meramente tecnológico, pasando por alto que la verdadera protección debe fundamentarse en un sistema integral de gobierno del dato y seguridad de la información. Explica que numerosas organizaciones implementan antivirus, firewalls o soluciones de respuesta a incidentes sofisticadas y costosas, como EDR, XDR, SASE o CASB, pero descuidan la estructura de gobernanza que define cómo se catalogan, clasifican, protegen y auditan los datos valiosos.
Chaves subraya que, sin un gobierno adecuado del dato, es decir, sin identificar qué datos son críticos, dónde se almacenan, quién tiene acceso y cómo se gestionan, cualquier infraestructura de ciberseguridad resulta insuficiente. Asevera que la protección debe basarse en el valor del dato y su nivel de riesgo asociado, ya que, de lo contrario, se asignan recursos de manera ineficaz y se abren inadvertidamente puertas a los atacantes.
Asimismo, Moreno afirma que el perfil es cualquier empresa que ofrezca facilidades al atacante, dado que los escaneos en la red se realizaban de forma automatizada. Ilustra este punto mencionando que "lo mismo puede ser una fábrica de calzados, que un ecommerce, que una central nuclear".
Además, en cuanto a la capacidad de un ciberseguro para cubrir el pago de un rescate en casos de ransomware y la recomendación sobre si pagar o no, considera que el ciberseguro es "una gran herramienta en estos casos", ya que permitía contar con un refuerzo valioso en personal y recursos durante una crisis. Respecto al pago, indica que deben evaluarse diversos factores, principalmente la continuidad del negocio, pero aconseja "preferiblemente, no pagar".
En sectores donde los activos intangibles, como patentes, secretos empresariales, software o estrategias comerciales, constituyen el núcleo del negocio, la directora de Consultoría de ClarkeModet advierte que proteger sin gobernar los datos equivale a proteger a ciegas. Concluye que la ciberseguridad efectiva solo se logra cuando se integra dentro de un marco sólido de gobierno del dato y cumplimiento normativo en materia de protección de datos personales y confidenciales.
Ciberseguro y RGPD: una alianza necesaria
El cumplimiento normativo es otro de los grandes argumentos a favor del ciberseguro. Desde la entrada en vigor del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) en la Unión Europea, las empresas están obligadas a garantizar la seguridad y confidencialidad de los datos personales que manejan.
Una póliza de ciberseguro no exime del cumplimiento del RGPD, pero sí puede ofrecer apoyo legal y financiero ante una posible sanción, así como asesoramiento para gestionar correctamente la notificación a las autoridades y a los afectados. Esto es crucial para evitar sanciones adicionales y preservar la imagen corporativa.
¿Es rentable contratar un ciberseguro?
Aunque muchas empresas aún lo ven como un gasto adicional, lo cierto es que se trata de una inversión estratégica en resiliencia digital. El coste de una póliza suele oscilar entre los 1.000 y los 10.000 euros anuales, dependiendo del tamaño y actividad de la empresa. Comparado con el coste de un ciberataque —que puede superar los 250.000 euros en empresas medianas—, el retorno de inversión es evidente.
Además, al contratar un ciberseguro, muchas empresas aprovechan para auditar su sistema de seguridad, lo que deriva en una mejora general de sus prácticas y cultura digital.
Blindarse ya no es opcional
En plena era digital, la ciberseguridad no es solo responsabilidad del departamento de informática, sino de toda la organización. El ciberseguro se presenta como una herramienta clave dentro de una estrategia integral de protección. Ayuda a mitigar los daños, a reaccionar con rapidez y a sobrevivir financieramente a incidentes que, sin esa cobertura, podrían poner en jaque el futuro de la empresa. Prevenir es más barato que curar. Y en el caso de la ciberseguridad, contar con un seguro específico ya no es una ventaja competitiva, sino una necesidad ineludible.
Chaves explica que los ciberdelincuentes se dirigen principalmente a empresas de tamaño medio, con una plantilla de entre 50 y 500 empleados, que manejan grandes volúmenes de datos sensibles pero carecen de sistemas maduros de gobierno y protección del dato.
Puntos clave
- Ante la creciente amenaza de ciberataques a empresas de todo tamaño, el ciberseguro se ha consolidado como una herramienta fundamental para la continuidad del negocio y la protección de activos.
- Un ciberseguro es una póliza diseñada para cubrir las pérdidas financieras derivadas de incidentes informáticos, incluyendo la gestión de datos comprometidos, la recuperación de sistemas, la pérdida de ingresos y los costes legales.
- Las aseguradoras evalúan el nivel de riesgo y las medidas de ciberseguridad implementadas por las empresas antes de ofrecer cobertura, lo que subraya la importancia de una estrategia de protección proactiva.
- Un error común es que las empresas pequeñas subestimen su vulnerabilidad o confíen en soluciones tecnológicas aisladas, ignorando la necesidad de un gobierno integral de los datos para una protección efectiva.