El brillo del lujo perdió intensidad este martes en las bolsas internacionales. El grupo francés Moët Hennessy Louis Vuitton (LVMH), líder mundial del sector, se desplomó más de un 8% en la bolsa de París tras presentar unos resultados trimestrales por debajo de las expectativas. La reacción del mercado fue inmediata y contundente: las acciones de otras grandes firmas como Christian Dior, Hermès, Kering o L'Oréal también encajaron fuertes caídas, mientras que en Londres y Hong Kong, Burberry y Prada siguieron la misma tendencia. En España, el efecto dominó alcanzó de lleno a Puig, que se dejó más de un 3% en su cotización en el Ibex 35, en una jornada que evidenció la extrema sensibilidad del sector a cualquier señal de desaceleración.
El batacazo de LVMH, que comunicó sus cifras tras el cierre de los mercados europeos el lunes, ha sacudido a los inversores y ha hecho sonar las alarmas sobre el pulso real del consumo de lujo a nivel global. La firma dirigida por Bernard Arnault, referente del sector con marcas como Louis Vuitton, Dior o Givenchy, registró unos ingresos de 20.311 millones de euros en el primer trimestre de 2025, lo que supone una caída del 1,9% respecto al mismo periodo de 2024 y un 3% menos en términos orgánicos.
Foto de archivo de la entrada de la tienda de Louis Vuitton del paseo de Gràcia de Barcelona
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Lo más preocupante para el mercado no fue solo la cifra global, sino el detalle por regiones: mientras Europa logró avanzar un modesto 2% en ventas orgánicas, Asia —sin incluir Japón— retrocedió un 11%, y Estados Unidos cayó un 3%, en un trimestre donde se esperaba una consolidación de la recuperación. Japón, por su parte, también cerró con signo negativo, con una caída del 1%.
El frenazo más marcado se produjo en la división de moda y marroquinería, la joya de la corona del conglomerado francés, que facturó 10.108 millones de euros, un 3,6% menos. También retrocedieron perfumes, cosméticos y vinos, mientras que las divisiones de relojería y comercio minorista selectivo apenas lograron mantenerse planas o crecer mínimamente. Estos datos generaron un clima de preocupación entre los inversores, que decidieron tomar beneficios tras las fuertes revalorizaciones acumuladas por las firmas del sector en los últimos trimestres.
Puig, arrastrada por la ola bajista
En este contexto, la española Puig no fue ajena al nerviosismo del mercado. La firma de moda y cosmética, recién incorporada al Ibex 35, perdió un 3,3% en los primeros compases de la sesión, hasta cotizar en los 15,13 euros por acción. Si bien Puig no ha publicado resultados en esta ocasión, el movimiento refleja el fuerte efecto arrastre que tiene el comportamiento de los gigantes del lujo sobre el resto del sector.
El castigo a Puig llega apenas unas semanas después de su debut bursátil, donde su salida al parqué generó gran expectación por tratarse de una de las pocas empresas familiares españolas que decide dar el salto a los mercados. La compañía con sede en Barcelona ha apostado por reforzar su internacionalización y ampliar su cartera de marcas con adquisiciones recientes, como la de la firma de cosmética francesa Byredo o la línea de perfumes de Christian Louboutin.
El presidente y consejero delegado de Puig, Marc Puig, durante el toque de campana de la empresa Puig en su salida a Bolsa
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Sin embargo, en un entorno de desaceleración del consumo global, especialmente en Asia y EE.UU., su margen de crecimiento podría verse limitado en el corto plazo. Además, el descenso en las cifras de perfumes y cosméticos de LVMH —que cayeron un 0,2%— tampoco ayuda a generar confianza, dado que este segmento es uno de los pilares del negocio de Puig.
El lujo, víctima del enfriamiento global
El descenso generalizado de las acciones de las firmas de lujo pone de relieve una preocupación cada vez más extendida entre analistas e inversores: el auge de los últimos años podría estar encontrando su techo. Tras la pandemia, el consumo de lujo vivió una explosión en ventas, impulsada por el ahorro acumulado, los estímulos fiscales y el regreso del turismo internacional. Sin embargo, factores como la inflación persistente, el encarecimiento del crédito y la desaceleración económica en China comienzan a pasar factura.
Las dudas sobre el crecimiento en mercados clave como China, donde el consumidor muestra una mayor prudencia en el gasto, son especialmente relevantes. En 2023, el gigante asiático representó cerca del 40% del consumo mundial de artículos de lujo, por lo que cualquier síntoma de debilidad se traduce en movimientos bruscos en Bolsa.
Además, el dólar fuerte, las tensiones geopolíticas y los cambios en los patrones de consumo entre las nuevas generaciones —más preocupadas por la sostenibilidad y menos fieles a las marcas tradicionales— suponen nuevos desafíos estructurales para el sector.
Expectativas contenidas para 2025
Tras el batacazo bursátil, los analistas comienzan a revisar sus previsiones. Algunas firmas han recortado sus precios objetivo para LVMH y otras compañías del sector, aunque todavía consideran que el lujo sigue siendo un negocio atractivo a medio plazo, gracias a sus márgenes elevados, su capacidad de fijar precios y su posicionamiento global.
En el caso de Puig, el mercado espera ahora con atención sus próximas cuentas trimestrales para comprobar si logra mantenerse al margen de la desaceleración que afecta a los grandes grupos internacionales. La empresa catalana ha demostrado una gestión prudente y una sólida estrategia de marca, pero el entorno de volatilidad exige una comunicación clara y unas perspectivas realistas para no perder la confianza de los inversores.
Puntos clave
- LVMH cae más de un 8% tras publicar unos resultados trimestrales peores de lo esperado.
- La debilidad en Asia y EE.UU. lastra sus cifras; solo Europa crece.
- Puig, que acaba de entrar en el Ibex 35, se deja más de un 3% arrastrada por el sector.
- El lujo sufre por la desaceleración económica y el cambio de hábitos de consumo a nivel global.