El BCE baja tipos de interés al 2% y recorta la facilidad de depósito por primera vez desde 2022

La rebaja de 25 puntos básicos marca un giro en la política monetaria del banco central de la zona euro, que aplicará un enfoque dependiente de los datos ante un entorno de incertidumbre persistente

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Alba Rus

Periodista y coordinadora gestión web

Actualizado a

La presidenta del BCE, Christine Lagarde

La presidenta del BCE, Christine Lagarde

Europa Press

El Banco Central Europeo (BCE) ha aprobado una rebaja de 25 puntos básicos en el tipo de interés de la facilidad de depósito, que se situará en el 2% a partir del 11 de junio, su nivel más bajo desde diciembre de 2022. Esta decisión también afectará al tipo de interés de las operaciones de refinanciación, que caerá al 2,15%, y al de la facilidad de préstamo, que se reducirá al 2,40%.

El BCE ya había iniciado este giro en abril, cuando recortó los tipos también en 25 puntos básicos, situando la facilidad de depósito en el 2,25%. Tras meses de tipos elevados para combatir la inflación, el Consejo de Gobierno del BCE abre una nueva etapa de ajustes, impulsado por los últimos datos de precios y la moderación en el crecimiento económico.

La inflación actual cede, pero el BCE actúa con cautela

La medida llega después de que la tasa de inflación de mayo se situase en el 1,9%, apenas una décima por debajo del objetivo del 2% que el BCE considera compatible con la estabilidad de precios. Aunque el dato supone un alivio, la institución opta por una estrategia gradual.

Según su evaluación, la mayoría de los indicadores subyacentes sugieren que los precios están estabilizándose. Aunque los salarios siguen creciendo a un ritmo rápido, tienden a moderarse, y los beneficios empresariales están absorbiendo parte de ese incremento, lo que mitiga su impacto inflacionario.

Además, el BCE considera que las tensiones comerciales detectadas en abril ya no representan un riesgo inmediato para las condiciones de financiación, lo que ha contribuido a crear un entorno más favorable para relajar la política monetaria sin comprometer sus objetivos de estabilidad.

Decisiones condicionadas a los datos

A pesar del recorte, el BCE evita comprometerse con un camino predeterminado. En un entorno global marcado por la incertidumbre y los riesgos geopolíticos, el Consejo de Gobierno aplicará un enfoque dependiente de los datos, evaluando cada decisión en función de la evolución de la inflación, la dinámica de los precios subyacentes y la eficacia de la transmisión monetaria.

Esto significa que no habrá señales anticipadas ni hojas de ruta cerradas. Las decisiones se tomarán reunión por reunión, dejando a los mercados en un escenario más incierto, pero también más flexible, donde la respuesta del banco central dependerá estrictamente de la evidencia económica disponible.

¿Qué impacto tendrá en empresas y familias?

Una rebaja de tipos de interés puede aliviar de forma inmediata las condiciones de financiación. Los hogares con hipotecas variables podrían experimentar una reducción en sus cuotas mensuales, y las empresas tendrán más margen para financiar inversiones a un coste más bajo.

No obstante, este efecto positivo dependerá de varios factores. El comportamiento del mercado laboral y el ritmo de subida de los salarios seguirán siendo claves. Si las tensiones salariales persisten o los precios vuelven a repuntar, el BCE podría verse obligado a detener o revertir los recortes.

Además, la política fiscal de los Estados miembro y las decisiones de la Reserva Federal estadounidense seguirán influyendo en la evolución del ciclo monetario europeo. El recorte actual es una señal, pero no una garantía de una senda continuada.

El BCE recorta previsiones de inflación para 2025 y 2026

En paralelo a la decisión sobre los tipos, el BCE ha publicado una actualización de sus proyecciones macroeconómicas. La institución prevé ahora que la inflación general en la eurozona alcanzará el 2% en 2025, caerá al 1,6% en 2026 y volverá al 2% en 2027.

Estas estimaciones suponen una corrección a la baja de tres décimas respecto a las previsiones de marzo. Según el BCE, esta revisión refleja, sobre todo, una caída de los precios de la energía más pronunciada de lo esperado y una apreciación del euro, que reduce el coste de las importaciones y modera la presión inflacionaria.

En cuanto a la inflación subyacente, que excluye energía y alimentos, las nuevas previsiones la sitúan en el 2,4% para 2025 y en el 1,9% tanto para 2026 como 2027. Este ajuste también refuerza la tesis de que la inflación está convergiendo de forma sostenida hacia el objetivo.

Crecimiento económico contenido, pero con apoyos sólidos

Respecto al crecimiento del PIB, el BCE estima un avance del 0,9% en 2025 —sin cambios respecto a marzo—, del 1,1% en 2026 —una décima menos— y del 1,3% en 2027 —igual que antes—. Mientras el primer trimestre de 2025 ha mostrado más dinamismo del previsto, las perspectivas para el resto del año se debilitan.

Aun así, la institución identifica factores de apoyo que deberían sostener el crecimiento en el medio plazo. Entre ellos destacan un mercado laboral robusto, el aumento de las rentas reales, una mejora en las condiciones de financiación y el impulso de la inversión pública, especialmente en defensa e infraestructuras.

La amenaza latente de la guerra comercial

El BCE también advierte sobre la incertidumbre que suponen las políticas comerciales globales. Aunque sus previsiones se basan en un escenario base, ha desarrollado simulaciones alternativas que muestran cómo una escalada de las tensiones comerciales podría lastrar tanto el crecimiento como la inflación.

En ese escenario, los indicadores económicos quedarían por debajo de lo previsto. En cambio, si se produjera una resolución favorable de las disputas comerciales, se esperaría un repunte del crecimiento y una presión ligeramente mayor sobre los precios. La entidad publicará próximamente estos análisis detallados, pero ya adelanta que la exposición de la eurozona a los factores geopolíticos será clave para definir la política monetaria en los próximos trimestres.

Puntos Clave

  • El BCE recorta los tipos de interés: el de depósito queda en el 2%.
  • La inflación de mayo (1,9%) apoya la decisión, aunque se mantiene la cautela.
  • Las previsiones de inflación para 2025 y 2026 se corrigen a la baja.
  • Se anticipa un crecimiento moderado del PIB hasta 2027.
  • El BCE aplicará un enfoque flexible, sin compromisos a largo plazo.
  • Las tensiones comerciales siguen siendo un factor de riesgo clave.