Desde el 1 de abril de 2025 los trabajadores y trabajadoras en España comienzan a experimentar un cambio significativo en la legislación sobre jubilación, con la entrada en vigor de las nuevas medidas aprobadas por el Consejo de Ministros. Este conjunto de reformas, ratificado mediante el Real Decreto-ley 11/2024, publicado en el Boletín Oficial del Estado el 23 de diciembre de 2024, introduce importantes modificaciones en la jubilación activa, parcial y demorada.
La norma busca proporcionar mayor flexibilidad a los ciudadanos en su transición al retiro laboral. Estas reformas, que fueron acordadas en la Mesa de Diálogo Social de Seguridad Social y Pensiones, incluyen también una perspectiva de género que afecta directamente a las mujeres, históricamente en desventaja en cuanto a las cotizaciones.
Cambios en la jubilación activa: Menos requisitos para acceder a la pensión
Una de las medidas más destacadas es la reducción en los requisitos para acceder a la jubilación activa, un tipo de jubilación que permite a los trabajadores seguir trabajando mientras perciben su pensión. Hasta ahora, para acceder a esta modalidad de jubilación, los trabajadores necesitaban haber cotizado al menos 36 años y medio. Sin embargo, a partir del 1 de abril de 2025, este umbral se reduce significativamente a solo 15 años de cotización.
Este cambio es especialmente beneficioso para aquellos trabajadores con carreras laborales más cortas o interrumpidas, como es el caso de muchas mujeres que, debido a las responsabilidades familiares, han tenido periodos de baja cotización. Según el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, esta medida tiene una “especial incidencia” desde la perspectiva de género, pues favorece a las mujeres que, a lo largo de sus vidas laborales, han tenido que equilibrar sus trabajos con el cuidado de hijos u otros familiares.
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Este cambio en la legislación también se acompaña de un incentivo económico: los jubilados activos que decidan seguir trabajando más allá de la edad de jubilación podrán ver un aumento en su pensión, recibiendo el 100% de la misma a partir de un tiempo determinado. Esta medida es un paso importante para aquellos que desean continuar trabajando y no tienen intención de retirarse completamente.
Mejoras en la jubilación demorada: Recompensas por retrasar la edad de jubilación
Para aquellos trabajadores que prefieren seguir trabajando más allá de la edad de jubilación para aumentar sus pensiones, el Real Decreto-ley introduce mejoras sustanciales en la jubilación demorada. A partir de 2025, los trabajadores que decidan retrasar su jubilación recibirán un incentivo del 2% adicional por cada seis meses de retraso en su jubilación, en lugar de los doce meses que se exigían anteriormente.
Esto significa que los jubilados podrán obtener más rápidamente un aumento en su pensión si deciden continuar trabajando después de alcanzar la edad de jubilación. Para los más decididos a prolongar su vida laboral, existe la posibilidad de acceder al 100% de la pensión a partir del quinto año de retraso, una medida que, sin duda, favorecerá a aquellos que deseen mantenerse activos durante más tiempo.
Reajustes en la jubilación parcial: Mayor flexibilidad en la reducción de jornada
Además de las modificaciones en la jubilación activa y demorada, la nueva normativa también afecta a la jubilación parcial. A partir del 1 de abril de 2025, los trabajadores pueden adelantar su jubilación hasta tres años, cuando anteriormente solo podían adelantarla hasta dos, dependiendo de los años que hayan cotizado. Esta ampliación en la flexibilidad es un aliciente para quienes desean reducir su jornada laboral de forma progresiva antes de retirarse por completo.
Este cambio también tiene implicaciones para los denominados "trabajadores relevistas", es decir, aquellos que ocupan el puesto de trabajo de una persona que se jubila parcialmente. Los trabajadores relevistas disfrutarán de una contratación indefinida a tiempo completo, y su base de cotización será un mínimo del 65% de la cotización de la persona jubilada. Esta medida proporciona estabilidad laboral a los relevistas, quienes, en lugar de ser contratados temporalmente, recibirán garantías de empleo durante el tiempo que cubran el puesto de la persona jubilada.
Impacto en la perspectiva de género
La nueva regulación también introduce medidas que buscan promover la igualdad de género en el ámbito de las pensiones. Las mujeres, que en muchos casos tienen carreras laborales más interrumpidas o de menor duración debido a las cargas familiares, se benefician especialmente de la reducción en los años de cotización necesarios para acceder a la jubilación activa. Esta medida busca paliar las desigualdades históricas que han afectado a las mujeres en el acceso a una pensión digna.
A lo largo de los años, las mujeres han sido más propensas a trabajar a tiempo parcial o a interrumpir sus carreras profesionales debido a las responsabilidades domésticas y de cuidado. Esto ha llevado a muchas de ellas a enfrentarse a pensiones más bajas, incluso después de una vida laboral larga. Con esta nueva normativa, se reconoce que la carrera de cotización no siempre es continua y se ajusta a las realidades de muchas trabajadoras, especialmente aquellas que han estado involucradas en el cuidado de hijos o familiares.
¿Cómo afectan estas medidas a los trabajadores y trabajadoras españoles?
Las reformas implementadas en la legislación de jubilación tendrán un impacto directo en la vida de millones de trabajadores y jubilados en España. La posibilidad de reducir los requisitos para acceder a la jubilación activa, la flexibilidad para adelantar o demorar la jubilación y los incentivos por continuar trabajando contribuirán a una transición más gradual y adaptada a las necesidades personales y profesionales de cada trabajador.
Los cambios también son un reflejo de la necesidad de adaptar el sistema de pensiones a los nuevos tiempos y realidades laborales. Con una población cada vez más envejecida y con una mayor esperanza de vida, se hace necesario ofrecer soluciones que permitan a los trabajadores mantener un equilibrio entre su vida laboral y su retiro.
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En cuanto a las perspectivas de género, las reformas representan un avance en la lucha por la igualdad, asegurando que las mujeres no se vean perjudicadas por los obstáculos históricos que han enfrentado en cuanto a las pensiones. La posibilidad de jubilarse de manera más flexible y con menores requisitos de cotización es un paso importante para reducir la brecha de género en el ámbito de las pensiones.
Puntos clave
- Reducción de los requisitos para la jubilación activa: A partir de abril de 2025, será suficiente con haber cotizado 15 años, en lugar de los 36 años y medio anteriores, para poder acceder a la jubilación activa, permitiendo a más personas acceder a esta modalidad de jubilación.
- Incentivos por retrasar la jubilación: Los trabajadores que decidan continuar trabajando más allá de la edad de jubilación recibirán un incremento del 2% por cada seis meses de retraso (en lugar de los 12 meses previos), y podrán alcanzar el 100% de su pensión después de cinco años de retraso.
- Ampliación de la jubilación parcial: Los trabajadores podrán adelantar su jubilación hasta tres años, en lugar de los dos años que se permitían previamente, ofreciendo una mayor flexibilidad para reducir su jornada laboral antes del retiro definitivo.
- Perspectiva de género: Las nuevas medidas favorecen especialmente a las mujeres, que históricamente han tenido carreras laborales interrumpidas o más cortas debido al cuidado de familiares. La reducción en los requisitos de cotización y el enfoque inclusivo ayudan a reducir la brecha de género en las pensiones.