La demanda de pasajeros se situó por las nubes tras la pandemia de COVID-19, repercutiendo muy positivamente en los beneficios del sector global de las aerolíneas. Unos volúmenes que alcanzaron su máximo histórico durante el año 2024, con un aumento del tráfico total de un 10,4% con respecto al año anterior y superando en un 3,8% los niveles pre-pandémicos, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
No obstante, el impacto de las políticas arancelarias de Donald Trump y las tensiones globales hacen dudar a los inversores de si las aerolíneas continuarán liderando los beneficios del sector turístico como lo venían haciendo hasta ahora. Si bien las previsiones parecían indicar que la demanda para viajar no va a disminuir en 2025, la incertidumbre económica derivada de los aranceles y otros factores sí podrían hacer tambalearse a las compañías aéreas, un sector bastante volátil de por sí.
Cae la demanda en Estados Unidos
El impacto de los aranceles y el descenso del gasto promovidos por la Administración Trump han sembrado dudas sobre las buenas previsiones del sector de las aerolíneas para 2025, comprometiendo la demanda. De hecho, el índice del S&P 500 dedicado a aerolíneas de pasajeros, .SPLRCALI, ha caído cerca de un 15% este año y está rindiendo muy por debajo del índice general del S&P 500. Las acciones de los gigantes del cielo estadounidenses Delta y United Airlines también han experimentado caídas de alrededor de un 20% cada una este año.
Ante esta reciente ralentización de la demanda las principales aerolíneas del país han reducido el número de billetes de vuelo para evitar bajar los precios y proteger sus márgenes en el período desde abril a junio. Es el caso de las aerolíneas norteamericanas Frontier, Delta, United American Airlines o JetBlue.
El sector también espera un aumento de los costes laborales, tal y como señalan desde Zacks Investment Research en un comunicado. La escasez de mano de obra en un escenario de demanda creciente tras la pandemia aumentó el poder de negociación de los trabajadores del sector, que han logrado subidas salariales. “El fuerte incremento de los costes de mantenimiento debido a las inmovilizaciones de aviones y al envejecimiento de la flota mundial provocó un aumento de los gastos no relacionados con el combustible”, añade la entidad financiera.
El impacto de los aranceles
Desde la IATA, consideran que es poco probable que la amenaza de los aranceles comerciales de Estados Unidos detenga el aumento de la demanda de viajes tras la crisis financiera y que el enfoque del presidente Donald Trump podría, en última instancia, ser positivo para la industria. “Es una incertidumbre adicional que nunca acogemos con satisfacción, pero que siempre hemos sido capaces de gestionar”, apunta su director general, Willie Walsh, en unas declaraciones recogidas por agencias internacionales.
Así, las previsiones de la IATA para 2025continúan siendo positivas: se espera que los beneficios netos de la industria global sean de 36.600 millones de dólares, con un margen de beneficio neto del 3,6%. Se trata de una ligera mejora con respecto a los 31.500 millones previstos para 2024, con un 3,3% de margen neto.
Pronósticos poco favorables en Europa
El fracaso de las negociaciones para poner fin a la guerra en Ucrania y el conflicto entre Israel y Gaza presionan los pronósticos para las aerolíneas europeas, algunas de ellas muy expuestas a estas regiones, como es el caso de la húngara Wizz Air. Analistas de Jefferies, una firma global de banca de inversión, han expresado su preocupación por los ambiciosos planes de expansión de la aerolínea a la luz de la actual situación geopolítica. En un comunicado, afirman que “dado que Wizz añade un +20% de ASKs (Available Seat Kilometers o asientos ofertados por kilómetro) en el 2026, vemos riesgo de presión sobre el rendimiento y los beneficios si la paz llega más tarde de lo esperado”.
Además, las aerolíneas europeas están luchando con los objetivos de sostenibilidad impuestos por la Unión Europea, que consisten en lograr que un 6% del combustible utilizado sea verde en 2030. Los CEOs de Ryanair, Lufthansa y Air France emitieron un comunicado a finales de marzo afirmando que esos objetivos son imposibles de cumplir, señalando además que suponen una carga injusta en materia de costes y dan ventaja a las compañías internacionales que no tienen que cumplirlos y pueden volar rutas más largas.
“Nuestras cuotas de mercado están bajando no solo en favor de las compañías estatales del Este, sino también de competidores privados y algunos socios de Estados Unidos. La aviación europea se está quedando rezagada”, lamenta Carsten Spohr, CEO de Lufthansa.
Avión de Lufthansa en una foto de archivo
Europa Press
¿Qué aerolíneas tienen más probabilidades de volar más alto en 2025?
Jefferies ha rebajado su recomendación de compra de acciones de las aerolíneas Delta, American Airlines, Southwest Airlines y Air Canada a “mantener”, por lo que solo recomendaría comprar acciones de United Airlines, debido a su proyección más allá de 2025, según recoge Barron’s.
Las previsiones podrían mejorar si se traslada el foco al otro lado del charco. El consenso de los analistas es que merece la pena tener en el radar a International Consolidated Airlines, matriz de British Airways, con fuertes apuestas por los vuelos transatlánticos. La también británica EasyJet divide opiniones, con algunos analistas a favor de la compra de sus acciones y otros a favor de mantenerlas. La valoración de “mantener” también es mayoritaria entre los analistas para las acciones de Lufthansa y Air France.
Puntos clave
- Los aranceles de Trump y la incertidumbre económica han reducido la demanda de pasajeros en Estados Unidos en 2025, tras alcanzar máximos históricos en 2024
- Las compañías aéreas europeas protestan contra los objetivos de sostenibilidad impuestos por la Unión Europea
- A pesar de la incertidumbre en el sector, los analistas aún recomiendan la compra de acciones de United Airlines e International Consolidated Airlines