¿Subir o bajar los impuestos?

El profesor asociado a la Universidad Pompeu Fabra, destaca que el verdadero debate no es si deben aumentarse las tasas, sino si el gasto público está siendo gestionado con eficiencia y eficacia

Antoni Duran-Sindreu
Antoni Durán-Sindreu Buxadé

Socio-Director de Durán-Sindreu Asesores Legales y Tributarios

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¿Hay que pagar más impuestos? Esta no es la cuestión. La verdadera cuestión es si estos se están destinando a políticas de gasto eficaces y eficientes. Pero además, no todo aquello que a los políticos se les antoje gastar, se puede hacer. Nos guste o no, el gasto tiene también sus límites. Pero ordenemos las ideas.

Los impuestos son necesarios porque la intervención del Estado y de las diferentes Administraciones, son necesarias. Nadie discute que la policía, o la justicia, son servicios públicos básicos. Nadie cuestiona que una democracia parlamentaria requiere de recursos para que esta funcione.

Por tanto, el problema no es si la justicia es necesaria, sino si la justicia es eficiente y si su gestión es eficaz. Y la respuesta, en mi opinión, es que una justicia lenta, no es justicia. Son, pues, necesarios más magistrados.

Sin embargo, su problema no es solo de recursos humanos, sino, también, de recursos materiales que les permita resolver con celeridad y calidad, por ejemplo, recursos tecnológicos. Pero es también necesario plantearse la necesidad de formar magistrados especializados en determinadas áreas, y de formarles en materias como la economía o la empresa, que inciden, y mucho, en muchas de sus resoluciones.

Pero aun así, lo más importante es una legislación clara y sencilla que reduzca los conflictos y que requiera de muchos menos recursos. Son también necesarios mecanismos de mediación que eviten la judicialización de los casos. Pero el ejemplo de la justicia es tan solo uno de los mucho que podríamos poner. Ahí está la sanidad, la educación, la seguridad, y un largo etcétera. ¿Estamos, pues, gastando de forma eficaz y eficiente? ¿Podemos gastar más? ¿Por qué? ¿Hay que priorizar? Este es el debate.

Gastar más, significa gestionar mejor, recaudar más, y/o priorizar políticas de gasto. Los impuestos no son, pues, la prioridad. Es el gasto y su gestión. Pero lo fácil es aumentar los impuestos sin preguntarnos, por ejemplo, si se ha invertido de forma eficiente y eficaz la recaudación inesperada que se ha conseguido gracias a la inflación, esto es, a la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos, o de algunos de ellos. Pero si al final decidimos gastar más, hay que preguntarse si se genera la riqueza necesaria para sufragar ese mayor gasto.

Insisto, todo tiene un límite. Sea como fuere, sin riqueza de nada sirven los impuestos. Lo importante, por tanto, es promover la creación de riqueza, esto es, el crecimiento sostenible, la investigación, la formación de capital humano, la responsabilidad social corporativa, la colaboración publico privada, la igualdad de oportunidades, la iniciativa privada, y un larguísimo etcétera. Sin riqueza, el Estado no es sostenible. Pero la creación de riqueza requiere, entre otras muchas cosas, de confianza, justicia, capital humano, salud, seguridad jurídica, y estabilidad normativa.  

Sea como fuere, antes de exigir más impuestos, hay que autoexigirse a sí mismo, y convencerse, y convencer, de que el gasto se está gestionando de forma eficaz y eficiente, y de que nuestra presión fiscal es razonable a tenor de la riqueza que se crea y que el Estado ha de promover.

La pregunta que nos hemos de hacer no es, pues, si hay que subir o bajar los impuestos, sino si estos se están destinando a políticas de gasto eficiente y eficaces. Antes, pues, de gastar más, es necesario averiguar si su gestión es la adecuada, y cuál sería el efecto que una subida de impuestos podría tener en nuestra política de creación de riqueza.