El ritmo de crecimiento de los precios en la eurozona continúa enfriándose. En marzo, la inflación interanual se moderó una décima, situándose en el 2,2%, según confirmó este martes Eurostat en su segunda estimación. Se trata del menor incremento de precios registrado en la región desde noviembre de 2023, lo que refuerza la idea de que la desinflación sigue consolidándose. Esta evolución se produce en vísperas de la reunión del Banco Central Europeo (BCE), en la que los analistas ya dan por hecho un recorte de los tipos de interés.
La tendencia a la moderación no se limita a la eurozona. En el conjunto de la Unión Europea, la inflación interanual también se redujo en marzo, pasando del 2,7% registrado en febrero al 2,5%. Esta doble señal de enfriamiento de los precios en ambas áreas confirma el viraje hacia una fase más contenida del ciclo económico, impulsada principalmente por la caída del coste de la energía y el menor avance de los servicios.
La energía impulsa la moderación
Entre los distintos componentes del índice de precios, la energía ha vuelto a jugar un papel decisivo. En marzo, el precio de la energía en la eurozona registró una caída del 1% en comparación con el mismo mes del año anterior. Este dato contrasta con el leve incremento del 0,2% que se había observado en febrero, y supone un giro en la tendencia de encarecimiento que se había mantenido en meses previos, especialmente tras los repuntes relacionados con el conflicto geopolítico en Oriente Medio.
Este descenso del coste energético ha servido como ancla para el conjunto del índice, aliviando la presión sobre los precios de bienes y servicios. Por su parte, los bienes industriales no energéticos se encarecieron un 0,6% interanual, el mismo ritmo que en febrero, manteniéndose estables. El precio de los alimentos frescos, sin embargo, mostró una aceleración, pasando de un 3% a un 4,2% interanual.
La creciente demanda de energía limpia ha favorecido el crecimiento de la energía solar, eólica e hidrógeno verde
EuropaPress
En el caso de los servicios, que tienen un gran peso en el cálculo del índice de precios armonizado, se observó una moderación. El coste de este componente creció un 3,5% interanual en marzo, por debajo del 3,7% registrado en febrero. Este dato es especialmente significativo porque los servicios tienden a ser más inelásticos en términos de precio y reflejan con mayor lentitud los cambios de política monetaria.
España se alinea con el promedio europeo
La inflación armonizada en España se redujo al 2,2% en marzo, igualando por primera vez en meses la tasa media de la zona euro. Este dato representa una caída notable respecto al 2,9% de febrero y refleja una contención generalizada de los precios, especialmente en bienes energéticos y alimentación.
Este alineamiento con la eurozona refuerza la percepción de que España ha logrado evitar los picos inflacionarios que afectaron con más intensidad a otros países durante los momentos más críticos de la crisis energética y la guerra en Ucrania. Además estas cifras llegan después de que se confirmara que se había reducido el déficit público hasta el 2,8% del PIB y, así, Moncloa cumpliera su compromiso con Bruselas.
Diferencias entre países
Aunque la tendencia general es de moderación, persisten importantes disparidades entre Estados miembros. En marzo, las tasas más bajas de inflación se registraron en Francia (0,9%), Dinamarca (1,4%) y Luxemburgo (1,5%). En el extremo opuesto, Rumanía (5,1%), Hungría (4,8%) y Polonia (4,4%) se mantienen como los países con mayores presiones inflacionarias.
En total, la inflación anual disminuyó en 16 países de la UE respecto a febrero, se mantuvo estable en uno y aumentó en los 10 restantes. Este comportamiento heterogéneo complica la toma de decisiones del BCE, que debe encontrar un equilibrio entre los distintos ritmos económicos de los socios europeos.
Inflación subyacente también a la baja
El indicador de inflación subyacente —que excluye del cálculo los precios de la energía, los alimentos frescos, el alcohol y el tabaco— se moderó también en marzo. Según Eurostat, este índice bajó dos décimas, situándose en el 2,4% interanual frente al 2,6% del mes anterior. Esta evolución es especialmente relevante porque ofrece una visión más clara de la dinámica de precios a largo plazo y elimina los componentes más volátiles del índice general.
Excluyendo únicamente la energía, la tasa de inflación fue del 2,5%, también una décima por debajo de la registrada en febrero. Ambas cifras apuntan a una contención progresiva de las tensiones inflacionarias estructurales.
El BCE, a punto de actuar
La publicación de estos datos llega en un momento clave para la política monetaria del BCE. La institución que preside Christine Lagarde celebrará una reunión este jueves, en la que los mercados esperan con alta probabilidad un nuevo recorte de tipos de interés. Sería el primero en esta nueva etapa de moderación tras el ciclo más agresivo de subidas de tipos de su historia reciente, iniciado en 2022 para contener el alza de los precios tras la pandemia y la invasión rusa de Ucrania.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde.
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Los analistas ya descuentan un recorte de 25 puntos básicos en la tasa de interés, actualmente situada en el 2,75%, y anticipan que podría haber nuevas rebajas si los datos de inflación siguen esta senda. El propio BCE ha insistido en que su política se guiará por los datos disponibles y no por un calendario preestablecido, pero las cifras de marzo refuerzan las expectativas de una relajación monetaria.
Puntos clave
- La inflación interanual en la eurozona cayó al 2,2% en marzo, su nivel más bajo desde noviembre de 2023, impulsada por el abaratamiento de la energía.
- La inflación subyacente también se moderó, situándose en el 2,4%, lo que refuerza las expectativas de un recorte de tipos por parte del BCE en su próxima reunión.
- España igualó por primera vez en meses el dato medio de la eurozona, con una inflación del 2,2%, tras registrar una bajada de siete décimas respecto a febrero.
- Las tasas de inflación más elevadas se registraron en Rumanía, Hungría y Polonia; las más bajas, en Francia, Dinamarca y Luxemburgo.