El superávit por cuenta corriente de la economía española se situó en 7.600 millones de euros en el primer trimestre de 2025, lo que representa una caída del 36,6% en comparación con el mismo periodo del año anterior. El dato, publicado por el Banco de España, refleja un descenso relevante en la balanza exterior del país, influido principalmente por el aumento del déficit en la balanza de bienes y en la renta secundaria.
Esta evolución contrasta con el buen comportamiento de los servicios, especialmente el turismo, cuyo superávit ha seguido creciendo. Aun así, el retroceso en otros componentes ha sido suficiente para moderar el saldo positivo global. El resultado final mantiene a España en terreno de superávit, pero con una capacidad de financiación menor respecto a los primeros meses del año pasado.
Aumenta el déficit de bienes
El deterioro de la balanza de bienes ha sido determinante en esta caída. En el primer trimestre de 2025, el déficit por este concepto ascendió a 13.100 millones de euros, más del doble que en el mismo periodo de 2024, cuando fue de 6.000 millones. Esta tendencia pone de manifiesto la persistencia de un patrón estructural en el comercio exterior español: una fuerte dependencia de las importaciones de bienes que no logra compensarse con las exportaciones.
Buen comportamiento de los servicios y el turismo
En contraste con el saldo negativo de los bienes, la balanza de servicios mejoró notablemente. El superávit se elevó a 22.500 millones de euros, frente a los 19.800 millones registrados un año antes. Dentro de este apartado, el turismo y los viajes continúan siendo el motor clave del sector exterior español. Solo en este segmento, el saldo positivo alcanzó los 13.300 millones de euros, mejorando los 12.700 millones del primer trimestre del año anterior.
Estos datos confirman la fortaleza del turismo como una fuente esencial de ingresos para la economía española, en un contexto de recuperación plena de la actividad tras la pandemia y de consolidación del país como destino preferente en Europa.
Evolución dispar en rentas
La renta primaria, que incluye ingresos y pagos derivados de inversiones y trabajo, registró un déficit de 600 millones de euros, lo que supone una mejora respecto a los 1.000 millones del mismo trimestre de 2024. Esta reducción indica una menor presión en términos de rentas a pagar al exterior, aunque sigue siendo un componente negativo en el balance global.
Por el contrario, la renta secundaria -que recoge transferencias sin contrapartida, como remesas o ayudas internacionales- duplicó su déficit,alcanzando los 1.600 millones de euros frente a los 800 millones del periodo anterior. Este deterioro ha contribuido a debilitar el resultado neto de la cuenta corriente.
Más ingresos en la cuenta de capital
La cuenta de capital, que recoge principalmente transferencias de capital como fondos europeos o subvenciones, alcanzó los 2.500 millones de euros en el primer trimestre. La cifra mejora notablemente respecto a los 1.800 millones del mismo periodo del año anterior, lo que ayuda a sostener la capacidad de financiación de la economía española en términos globales.
España sigue financiándose frente al exterior
A pesar del descenso en el superávit por cuenta corriente, el agregado de las cuentas corriente y de capital, lo que se conoce como capacidad de financiación, alcanzó los 10.100 millones de euros entre enero y marzo. Aunque esta cifra es inferior a los 13.800 millones del año anterior, sigue situando a España como país con capacidad de financiar al resto del mundo.
En términos acumulados de cuatro trimestres, la capacidad de financiación se situó en 63.500 millones de euros, lo que representa el 3,9% del PIB. Este porcentaje mejora el 3,7% registrado en el mismo periodo de 2024, cuando ascendía a 56.400 millones.
Más deuda neta frente al exterior
No obstante, la posición de inversión internacional neta, que refleja la diferencia entre los activos que España posee en el exterior y los que los extranjeros poseen en España, aumentó su saldo deudor hasta el 44,5% del PIB, alcanzando los 717.400 millones de euros. Esta cifra supone un empeoramiento respecto al 43,5% registrado en el trimestre anterior.
Excluyendo al Banco de España, la deuda neta también crece, hasta representar el 34,1% del PIB, frente al 32,8% del último trimestre de 2024. Las administraciones públicas, en particular, incrementaron su saldo deudor hasta el 41,7% del PIB, mientras que las instituciones financieras monetarias redujeron su saldo acreedor ligeramente. Las sociedades no financieras mantuvieron una posición históricamente deudora, aunque estable, y el resto de sectores aumentaron ligeramente su posición acreedora.
La deuda externa bruta se mantiene elevada
Por último, la deuda externa bruta de España se situó en el 162% del PIB al cierre del primer trimestre de 2025, alcanzando los 2,61 billones de euros. La cifra es prácticamente estable respecto al trimestre anterior, cuando representaba el 162,8% del PIB (2,59 billones).
Desglosando por sectores, las administraciones públicas incrementaron su deuda externa del 44,9% al 46% del PIB, mientras que las instituciones financieras monetarias y otros sectores residentes redujeron levemente sus niveles de endeudamiento externo.
Puntos clave
- El superávit por cuenta corriente cae un 36% en el primer trimestre, situándose en 7.600 millones de euros, por el aumento del déficit comercial.
- El turismo impulsa el saldo exterior, con un superávit en servicios de 22.500 millones y 13.300 millones solo en viajes.
- España mantiene su capacidad de financiación externa, aunque se reduce a 10.100 millones frente a los 13.800 millones del año pasado.
- Aumenta la deuda internacional neta, que alcanza el 44,5% del PIB, y la deuda bruta se mantiene en niveles elevados (162% del PIB).
- Las administraciones públicas lideran el aumento del endeudamiento externo, mientras otros sectores moderan su exposición al exterior.