Bernardos: "El gran problema es que gente que tiene 55, 56 o 57 años te dice que está harta de trabajar y quiere jubilarse"

El economista analiza los retos del sistema de pensiones y alerta sobre el cambio cultural de los jóvenes, marcado por el auge del ocio, la dependencia familiar y un futuro laboral más incierto

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Alba Rus

Periodista y coordinadora gestión web

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Gonzalo Bernardos, economista

Gonzalo Bernardos, economista.

Jubilarse pronto ya no es una opción realista. En una exclusiva para Lecturas, Gonzalo Bernardos, profesor de Economía en la Universidad de Barcelona, lanza una advertencia directa: “La gente quiere dejar de trabajar con 55 o 57 años, pero eso no es posible”.

Su reflexión llega en un momento clave, tras la decisión de Dinamarca de retrasar la jubilación hasta los 70 años en 2040, una medida que, según el economista, podría llegar también a España. El motivo es el sistema público de pensiones, que arrastra un agujero de 65.000 millones de euros que se agrandará en la próxima década con la jubilación del baby boom.

"Nos vamos acercando a 2040 y no hay más remedio que jubilarse más tarde", afirma Bernardos. Asegura que "la única posibilidad de evitarlo" sería un incremento de la productividad derivado de la inteligencia artificial, pero se muestra escéptico sobre su impacto real a corto plazo: "Aunque lo haya, dudo muchísimo que sea suficiente como para pagar las pensiones públicas".

El experto compara la situación con una ilusión irrealista: "Gente que tiene 55 o 56 años me dice que está harta de trabajar y quiere jubilarse. Yo les contesto que quiero medir 1,90, ser rubio y volver a tener 20 años. No es posible".

Generaciones que quieren más tiempo libre

Más allá de la jubilación, Bernardos observa un cambio cultural evidente entre los más jóvenes: "Disfrutar, disfrutar y disfrutar. Para ellos es muy importante el tiempo libre". Según relata, son muchos los empleadores que le trasladan que los candidatos no preguntan por el plan de carrera, sino por si podrán teletrabajar o si tendrán el viernes por la tarde libre.

El profesor responsabiliza en parte a los padres de este nuevo enfoque laboral: "Hay un exceso de mimo que impide que los jóvenes entiendan que solo puedes ser feliz si conoces la desgracia". Además, el experto lanza un mensaje generacional: "Al joven has de dejarle que vuele solo. No puede estar sobre las alas de mamá permanentemente".

Del “me lo merezco” a la dependencia económica

Bernardos también advierte sobre un cambio de prioridades financieras. Si antes los ingresos marcaban el estilo de vida, ahora se impone el gasto impulsivo: “Consideramos que el 'me lo merezco' está por encima de la planificación”, lo que acaba llevando a muchos jóvenes a depender de la ayuda familiar.

Una parte, señala, trabaja más para poder gastar más; otra, directamente, recurre a sus padres. El resultado es una generación que, en muchos casos, carece de independencia económica a pesar de estar en edad de tenerla.

Una “hucha de las pensiones” casi vacía

Según el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, los ingresos por cotizaciones sociales subieron un 7,2 % en 2024 hasta los 165.574 millones de euros, gracias en parte al Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que generó 3.711 millones de euros para el fondo. Pero, pese a este crecimiento, el déficit superó los 9.834 millones de euros en 2024, lo que supone un desfase del 0,6 % del PIB para la Seguridad Social.

Además, el déficit contributivo —esto es, el gasto en pensiones frente a lo recaudado por cotizaciones— alcanzó los 30.000 millones de euros, casi el 1,9 % del PIB en los 12 últimos meses. El INSS confirma que el fondo cerró el año con unos escasos 9.300 millones de euros, insuficientes para cubrir ni una mensualidad del gasto, que ronda los 13.500 millones de euros mensuales. 

 El envejecimiento acelerado

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) estima que el gasto en pensiones pasará del 14,6 % al 16,1 % del PIB entre 2022 y 2050. Si se mantiene el modelo actual, alerta de que esto generará un desequilibrio fiscal elevado —déficit fiscal del 7 % del PIB, deuda al 149% para 2050—. Aunque las cotizaciones han subido, no compensan lo suficiente, y la población mayor de 64 años seguirá creciendo: se espera que pase del 31 % al 53,7 % para 2050. 

Respecto a la IA, Bernardos cree que solo un “grandísimo incremento de la productividad” vía inteligencia artificial evitaría el prolongado retraso de la jubilación, aunque es pesimista: "dudo muchísimo que sea suficiente". Mientras tanto, España va camino de replicar la experiencia danesa que plantea jubilarse a los 70 en 2040. 

El Gobierno ya actúa, ¿pero será suficiente?

  • Edad legal de jubilación: sube a 66 años y 8 meses en 2025; 66 años y 10 meses en 2026; y se llegará a los 67 años en 2027.
  • Revalorización de pensiones: subida del 3,8 % para 2024, y revisión anual por IPC
  • Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI): cotización adicional del 0,7 % en 2024 —0,58 % a cargo de la empresa y 0,12 % del trabajador—, que sube 0,1 puntos al año hasta 2029, llegando al 1,2 %.
  • Jubilación anticipada: permitida desde los 52 años mediante el Real Decreto-ley 8/2023.

Puntos clave

  • Jubilarse antes de los 60 ya no es viable en España, advierte el economista Gonzalo Bernardos.
  • España podría seguir el modelo de Dinamarca y retrasar la jubilación hasta los 70 años en 2040.
  • El sistema público de pensiones arrastra un déficit estructural de hasta 30.000 millones de euros.
  • La hucha de las pensiones apenas cubre una mensualidad del gasto actual: solo quedan 9.300 millones.
  • En 2025, la edad legal de jubilación sube a 66 años y 8 meses; llegará a 67 en 2027.