En un contexto de creciente incertidumbre económica y envejecimiento poblacional, la escritora, divulgadora y emprendedora Natalia de Santiago lanza una advertencia clara: si no cambiamos nuestra forma de ahorrar y planificar el futuro, es muy probable que no podamos sostener nuestro nivel de vida cuando dejemos de trabajar. "Siempre se tiene que ahorrar a primeros de mes", afirma la experta.
Durante su participación en el podcast Salud y Jubilación de Claudio Nieto, De Santiago abordó los desafíos económicos que enfrenta la ciudadanía, especialmente en lo relativo al ahorro, la inflación y la sostenibilidad del sistema público de pensiones.
El mito del ahorro residual
Uno de los errores más comunes, según De Santiago, es esperar al final de mes para ver cuánto dinero sobra y destinarlo al ahorro. Esta práctica no genera constancia ni resultados. "Eso es como dejar el deporte para el final del día, las probabilidades de que no hagas deporte, que ya estés cansado y esto es como siempre, cuando te levantas, tienes toda la energía... Pues el ahorro es igual".
La alternativa, explica, es automatizar una transferencia al comenzar el mes, justo después de cobrar la nómina. "Se utiliza mucho esto de 'págate a ti primero', y significa eso, ahorra por ti primero y significa que lo hagas a primero de mes y en automático". Este hábito, asegura, es la clave para una salud financiera real, ya que elimina la necesidad de tomar decisiones cada vez. "Ese dinero ha salido de tu cuenta y ojos que no ven, dinero que no duele".
Pensiones y longevidad: una ecuación compleja
De Santiago advierte que el sistema público de pensiones en España, aunque actualmente ofrece una tasa de sustitución alta, no es sostenible en el largo plazo. Menciona que la OCDE sitúa a España y Grecia como los países donde más se espera que se deteriore el sistema.
También señala que la esperanza de vida tras la jubilación ya supera los 23 años y sigue aumentando, lo que implica un mayor número de años financiando el retiro. Este aumento de longevidad, combinado con una reducción de trabajadores activos por jubilado, pondrá presión sobre el modelo actual. "Va a haber menos gente trabajando dentro de 10, 15, 20 años y va a haber mucha gente jubilada", alerta.
Inflación: el enemigo invisible del ahorro
Según Natalia de Santiago, la inflación ha reducido el valor del dinero de forma drástica en las últimas dos décadas. Estima que en ese periodo se ha perdido cerca del 45 % del poder adquisitivo. Lo más grave, subraya, es que el efecto de la inflación se multiplica con el tiempo.
Por eso insiste en que el ahorro no puede quedarse inmóvil en cuentas corrientes o depósitos que no ofrezcan rentabilidad. Recomienda canalizar el ahorro a largo plazo hacia productos que generen interés: "El dinero que vayas a usar a largo plazo lo tienes que proteger. ¿Cómo? Pues poniéndolo en productos de inversión o de ahorro que te den un interés".
¿Cuánto deberíamos ahorrar realmente?
Natalia propone un criterio simple: ahorrar al menos el 10 % de los ingresos netos cada año para evitar fragilidad financiera. Si no se alcanza ese umbral en un año normal, se corre el riesgo de no poder afrontar imprevistos.
Para calcular cuánto se necesita para complementar la pensión, sugiere un ejercicio mental. Supongamos que se necesitarán 1.000 euros adicionales al mes durante 25 años de jubilación: eso equivale a unos 300.000 euros. Si quedan 30 años para ahorrar esa cantidad, serían unos 10.000 euros al año. Aunque la cifra puede impresionar, su mensaje es claro: cuanto antes se empiece, más accesible será la meta.
Inversión al alcance de todos
Contrario a la creencia común, Natalia defiende que invertir está al alcance de casi cualquier persona. Aporta como ejemplo productos con aportaciones mensuales mínimas, como algunos fondos o planes de pensiones.
Afirma que existen diferentes alternativas válidas para el ahorro finalista: desde planes de pensiones hasta fondos indexados o seguros como los PIAs y PPAs. Cada uno tiene características y fiscalidades distintas, pero pueden adaptarse a diferentes perfiles. "El plan de pensión está pensado específicamente para eso, pero tiene unas características muy particulares", comenta. También señala que algunos fondos de inversión, aunque no diseñados para la jubilación, pueden cumplir ese papel.
Puntos clave
- Ahorrar a fin de mes no funciona: Natalia de Santiago recomienda automatizar el ahorro al comienzo del mes bajo el principio de “págate a ti primero”.
- La inflación es letal a largo plazo: En 20 años, el dinero ha perdido cerca del 45 % de su poder adquisitivo; mantener el ahorro inmóvil equivale a perder valor cada día.
- La jubilación será más costosa de lo que parece: La tasa de sustitución caerá en las próximas décadas, y vivir más años requerirá mayores fondos personales.
- El 10 % de ahorro anual es el mínimo vital: Si no puedes ahorrar al menos ese porcentaje en un año normal, tus finanzas son vulnerables a cualquier imprevisto.
- Invertir no es solo para ricos: Existen productos accesibles —fondos, planes de pensiones, PIAs— que permiten construir ahorro a largo plazo desde pequeñas aportaciones.