Ni 500 ni 1.000 euros: este es el ingreso mensual que marca la pobreza en España en 2025

Desigualdades estructurales como la precariedad, la brecha de género y el peso de la vivienda colocan a millones de personas en situación de exclusión, especialmente jóvenes y familias monomarentales

2020 05 21 13:50:10 023
Ada Sanuy

Coordinadora editorial

Actualizado a

Cartera poco dinero

Desigualdades estructurales como la precariedad, la brecha de género y el peso de la vivienda colocan a millones de personas en situación de exclusión, especialmente jóvenes y familias monomarentales.

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En España, hablar de pobreza no es una cuestión meramente subjetiva. Existen indicadores precisos y metodologías normalizadas que permiten determinar, con datos en mano, quién se considera pobre y quién no, al menos desde el punto de vista estadístico.

El XV Informe El Estado de la Pobreza en España 2025, elaborado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN), pone cifra al umbral de pobreza para este año: vivir con menos de 10.088 euros netos al año por persona, lo que equivale a 841 euros al mes en 12 pagas.

Este umbral no es arbitrario. Se calcula como el 60% de la mediana de los ingresos por unidad de consumo del conjunto de la población española. Esto significa que cualquier persona que perciba mensualmente menos de esa cantidad está, técnicamente, en situación de pobreza relativa.

La cifra desafía concepciones comunes: ni 500 euros ni 1.000 euros. El umbral está justo en medio, lo suficientemente alto como para incluir a trabajadores con ingresos precarios, y lo bastante bajo como para quedar fuera del radar de quienes solo observan cifras macroeconómicas.

Aumenta la pobreza, pese a la mejora del ingreso medio

El informe revela que, a pesar de una mejora en los ingresos medios, la tasa de pobreza relativa ha aumentado. En 2024, el umbral era de 9.535 euros al año, y el incremento hasta los 10.088 euros en 2025 no implica necesariamente una mejora en las condiciones de vida de quienes se encuentran en los tramos inferiores. Al contrario, la tasa de pobreza ha subido del 20,2% al 20,8%, lo que implica que más de 9,9 millones de personas en España viven por debajo del umbral.

El aumento de este umbral refleja, en parte, la subida generalizada de precios y el aumento del coste de la vida, pero también las desigualdades en la distribución de la renta. El incremento en el ingreso medio no se ha traducido en una mejora uniforme para todos los tramos de población.

Perfil de la pobreza: mujeres, jóvenes y hogares monoparentales

El informe se detiene en los perfiles más vulnerables. Las mujeres presentan una mayor tasa de pobreza (21,9%) que los hombres (19,6%), una brecha que se mantiene constante en los últimos años. También destaca el caso de los jóvenes: el 27,2% de las personas de entre 16 y 29 años vive por debajo del umbral de pobreza, lo que convierte a este grupo en uno de los más expuestos a la exclusión social.

Especial mención merece la situación de los hogares monoparentales, especialmente aquellos encabezados por mujeres. La tasa de pobreza en estos hogares alcanza el 42,1%, muy por encima de la media nacional. La falta de recursos, la dificultad para conciliar y la inestabilidad laboral contribuyen a consolidar esta situación.

El empleo no garantiza salir de la pobreza

Una de las constataciones más alarmantes del informe es que tener empleo no garantiza, ni mucho menos, salir de la pobreza. El 11,8% de las personas ocupadas se encuentra en situación de pobreza. Esta cifra se dispara al 27,4% en el caso de personas desempleadas.

La precariedad laboral, los contratos a tiempo parcial no deseados, la temporalidad y los bajos salarios explican este fenómeno. España sigue presentando una de las tasas más altas de trabajadores pobres de la Unión Europea, lo que cuestiona la efectividad del empleo como vía de inclusión social.

Vivienda y pobreza: un binomio insostenible

El informe pone también el foco en el peso de la vivienda en la economía de los hogares. Para las personas en situación de pobreza, los gastos de vivienda (alquiler o hipoteca, suministros, mantenimiento) suponen una carga desproporcionada. El 56% de estos hogares destina más del 40% de sus ingresos a estos gastos, lo que se considera un umbral crítico de sobrecarga.

La dificultad de acceder a una vivienda digna y asequible es uno de los factores clave que empujan a muchas personas a la pobreza. La insuficiencia de vivienda social y la escalada de precios en el mercado privado agravan este problema estructural.

Transferencias sociales: insuficientes para revertir la pobreza

El papel de las transferencias sociales (pensiones, subsidios, ayudas por hijo, ingreso mínimo vital) es fundamental para reducir la pobreza. Sin embargo, su impacto en España sigue siendo limitado en comparación con otros países europeos. Sin estas transferencias, la tasa de pobreza alcanzaría el 31,6%, pero su efecto reductor apenas logra rebajarla hasta el 20,8%. Según EAPN, esto indica que la protección social en España está subfinanciada o mal diseñada para atender eficazmente a los sectores más vulnerables.

Pobreza más allá de los ingresos

Sin estas transferencias, la tasa de pobreza alcanzaría el 31,6%, pero su efecto reductor apenas logra rebajarla hasta el 20,8%. Según EAPN, esto indica que la protección social en España está subfinanciada o mal diseñada para atender eficazmente a los sectores más vulnerables.

El informe también pone sobre la mesa la conexión directa entre el ingreso disponible y el acceso a derechos básicos como la vivienda, la alimentación, la salud, la educación o la participación social. Las cifras muestran que la mejora macroeconómica no se traduce necesariamente en una reducción de la desigualdad ni en una garantía efectiva de inclusión.

Puntos clave

  • En 2025, se considera pobre en España a quien tiene ingresos inferiores a 10.088 euros al año (841 euros al mes en 12 pagas).
  • El umbral se calcula como el 60% de la mediana de los ingresos por unidad de consumo.
  • La tasa de pobreza relativa sube al 20,8%, lo que equivale a 9,9 millones de personas.
  • Las mujeres, los jóvenes y los hogares monoparentales presentan los niveles más altos de pobreza.
  • El 11,8% de las personas con empleo está en situación de pobreza, lo que evidencia la precariedad laboral.
  • El 56% de los hogares pobres dedica más del 40% de sus ingresos a gastos de vivienda.