La ciencia desmonta el cliché del trabajador quemado por el horario de oficina

Varios estudios cuestionan la vinculación directa entre el burnout y el trabajo, apuntando a causas personales y hábitos diarios como elementos fundamentales.

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Héctor Farrés

Redactor

Actualizado a

trabajador cansado burnout

Aunque el burnout se ha vinculado históricamente al entorno laboral, los nuevos estudios muestran que más del 70 % de los trabajadores afectados señalan causas ajenas al empleo.

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El concepto de burnout lleva años colgado del perchero de losproblemas laborales, pero los datos más recientes invitan a mirar más allá del escritorio. Diversas investigaciones están desdibujando la vieja creencia de que el agotamiento extremo es una exclusiva consecuencia del empleo. Según estas nuevas evidencias, la raíz del problema podría estar más relacionada con el estrés cotidiano que con tareas profesionales concretas.

El psicólogo Renzo Bianchi, profesor asociado en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU), ha sido uno de los principales impulsores de esta revisión crítica. En su último estudio, publicado en Journal of Psychosomatic Research, participaron 813 trabajadores noruegos que habían manifestado síntomas de burnout. Más del 70 % afirmó que su agotamiento no estaba vinculado a su empleo.

El trabajo no siempre es el detonante

Bianchi subraya que ya en los años setenta, cuando el término burnout fue acuñado por el psicólogo estadounidense Herbert Freudenberger, la relación directa con el trabajo carecía de una base científica sólida. "La conexión entre el burnout y el trabajo estaba poco fundamentada en la investigación, pero esta percepción ha persistido como una verdad aceptada durante muchos años", explicó.

El estudio de NTNU no es una excepción. Una investigación estadounidense reveló que el 64 % de sus participantes no atribuía su agotamiento principalmente al entorno laboral. Otra realizada en Suiza arrojó resultados similares. Y un metaanálisis de 2020, que revisó 48 estudios distintos, concluyó que la relación entre el burnout y el trabajo es considerablemente más débil de lo que se había creído.

Estos hallazgos sugieren que la figura del trabajador quemado por su jornada puede ser, en muchos casos, solo una parte del relato. Hay factores personales, familiares y emocionales que contribuyen tanto o más a ese colapso mental y físico que se ha convertido en un diagnóstico del siglo XXI.

El estrés diario como germen del agotamiento

Bianchi es tajante al hablar de este fenómeno tan expandido: "Las personas que experimentan burnout describen un estrés en su vida diaria que conduce a una forma de depresión. Podría llamarse estrés depresivo en la vida". Según él, cuestiones como problemas familiares, enfermedades físicas, dificultades para dormir o una personalidad con tendencia a la ansiedad pueden hacer mella de forma constante.

El factor de la personalidad cobra especial importancia en su análisis. "Para las personas con una personalidad más ansiosa, las preocupaciones y el estrés pueden consumir mucha energía, sin que necesariamente tenga que ver con su empleo. Creo que es importante realizar más investigaciones sobre esto, y especialmente sobre el impacto que tiene la personalidad. Estar preocupado constantemente por lo que podría salir mal resulta agotador", advirtió.

Esto no quiere decir que el entorno laboral no pueda ser el origen del agotamiento en algunos casos. El mismo estudio señala que cuanto más alto es el nivel de burnout declarado por una persona, más probable es que su trabajo tenga algo que ver. Pero esa relación no se puede dar por sentada de forma automática.

Factores laborales que sí influyen

La Organización Mundial de la Salud mantiene una definición clásica del burnout: resultado del estrés crónico en el trabajo que no se ha gestionado con éxito. Y proporciona una larga lista de factores que pueden reducir la salud mental en el ámbito laboral: exceso de tareas, falta de control sobre las funciones, horarios inflexibles, entorno físico deficiente, discriminación, acoso o inseguridad laboral, entre otros.

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Factores como el exceso de tareas o la inseguridad influyen en el burnout.

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Frente a este panorama, hay elementos que parecen amortiguar el impacto. El mismo estudio de NTNU señala que las personas con una red de apoyo en el trabajo, estabilidad laboral y autonomía son menos propensas al burnout. "Estos son tres factores que tienen un efecto preventivo. Mi experiencia es que la vida laboral ha mejorado para muchas personas, con un mayor enfoque en la salud mental", señaló Bianchi.

No obstante, sus propias estrategias personales para evitar el agotamiento no figuran en las recomendaciones oficiales. Lo que no resta valor a su observación, sino que refuerza la idea de que el burnout es un fenómeno más amplio, con orígenes que a veces ni siquiera rozan el terreno profesional.

El origen y el concepto, en revisión

Freudenberger acuñó el término burnout en los años setenta para describir el estado de desgaste extremo que sufrían quienes trabajaban en profesiones de ayuda. Con el tiempo, la expresión se generalizó hasta abarcar a personas de todos los sectores. Sin embargo, su definición ha evolucionado poco desde entonces, y sigue demasiado centrada en lo laboral.

Las investigaciones recientes, como la liderada por Bianchi, están empujando a redefinir ese marco. Según él, "es necesario ampliar la perspectiva e incluir factores personales que se han pasado por alto durante décadas". Su producción académica, con más de cien artículos sobre el tema, apunta a un diagnóstico más completo, menos simplificado y alejado de etiquetas automáticas.

El desgaste emocional, el malestar físico y la sensación de arrastrarse por la vida no siempre tienen un jefe como causa. En muchos casos, el origen se encuentra en la suma de preocupaciones, hábitos y rasgos de personalidad que escapan a cualquier organigrama laboral.

Puntos clave

  • Más del 70 % de los trabajadores noruegos con burnout no atribuyen su estado al trabajo.

  • El psicólogo Renzo Bianchi propone hablar de "estrés depresivo en la vida" como causa principal.
  • Las personas con ansiedad crónica son más vulnerables, independientemente de su empleo.
  • Apoyo social, estabilidad laboral y autonomía reducen el riesgo, pero no son la única solución.