El plan económico de Trump es una bomba de relojería

El experto desmonta el relato proteccionista de Trump y advierte de los riesgos que sus políticas comerciales suponen para el crecimiento económico y la estabilidad global

Gonzalo Bernardos
Gonzalo Bernardos

Profesor Titular de Economía de la UB

Actualizado a

Exterior de la Casa Blanca

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GTRES

En materia económica, una de las grandes incógnitas, posiblemente la principal en la actualidad, es: ¿tendrá éxito Donald Trump con su política comercial? Spoiler, no. Irá mal a todo el mundo. A unos más (por ejemplo a China, por ejemplo a Alemania), y a unos menos, por ejemplo a España. Pero al que más, probablemente, Estados Unidos. ¿Por qué le da tanta importancia a los aranceles? Dos temas.

El relato político

Primero, relato político. Estaba en Indiana en 2016. Iba a hacer un mitin. Creía que no tenía suficiente repercusión en prensa sus medidas. Creía que las encuestas no le favorecían todo lo que desearía. En Indiana se marchaba Carrier a México. Carrier es una multinacional norteamericana de aire acondicionado que tiene una gran solera en el país.

Él dijo que si era presidente impediría que se marchara Carrier. Que pondría unos aranceles tan elevados que desistiría de producir desde México. Os preguntaréis, ¿se marchó Carrier a México? Sí. ¿La planta de Indiana se conservó? Solo en una pequeña proporción y gracias a grandes subvenciones. Por lo tanto, del dicho al hecho, un largo trecho. 

Las empresas de plataforma son la clave

Segundo, Trump está convencido de que la industria es la clave del desarrollo económico. Lo fue, pero ya no lo es.  Ahora son las economías; más concretamente las empresas de plataforma: Google, Airbnb, Meta, etc. En materia de empresas de plataforma, Estados Unidos es el líder indiscutido.

El déficit comercial no es un problema

Y el tener un déficit comercial no es un problema. Porque ese déficit comercial permite a los norteamericanos consumir más de lo que producen y vivir por encima de las posibilidades, sin que nadie les exija que el dinero que le están dando lo tengan que devolver y ni tan solo pagar el tipo de interés. No por todo su dinero, sino por una parte de él que prestan a Estados Unidos.

¿Y por qué no le exigen que devuelvan el dinero que les han prestado o que paguen un tipo de interés por ese dinero? Porque el resto del mundo quiere tener dólares. Y por tener dólares no exige una contraprestación como le exigiría a cualquier país. Por lo tanto, Donald Trump, para el caso de Estados Unidos, está muy equivocado.

El déficit comercial no es un problema. Es una bendición para los norteamericanos. Ojalá otras naciones lo pudieran tener, pero eso solo lo puede tener de forma beneficiosa Estados Unidos.

La estrategia funciona con China

Finalmente, habréis dicho, oye, ha triunfado con China. China ha estado obligado, acepta pagar un arancel del 30% por introducir sus productos en Estados Unidos, pero ya veréis cómo ese dinero lo pone la administración china, o los productos chinos se desvían por otros países que tienen menos aranceles. Reino Unido también se ha doblegado, y para salvar las exportaciones de acero y de automóviles ha consentido que Donald Trump le ponga un arancel del 10%.

Pero, uno, China es un país que depende mucho de las exportaciones. Dos, Reino Unido es un país mediano. El gigante, el que realmente compite de tú a tú por tamaño de mercado y poder adquisitivo, es la Unión Europea (UE). Ha dicho que va a poner un arancel del 50% a los productos de la UE. Ya ha cambiado de opinión. Ya dice que damos margen para negociación hasta el 9 de julio, cuando había dicho que no negociaría.

Al final, si la Unión Europea se mantiene firme, los aranceles van a ser mucho más bajos, y jamás tienen que ser superiores los que pagan la UE por exportar a Estados Unidos de los que paga EEUU por exportar a la área única. En estas circunstancias, lo que nos encontramos es que Von Der Leyen ha de mantenerse fuerte. Ha de negociar todo lo posible. Ha de rebajar lo máximo posible los aranceles mutuos.  

Pero, siempre recordando que, como Donald Trump haga una barbaridad y ponga elevados aranceles a las exportaciones de Europa a Estados Unidos, las grandes empresas, los inversores en renta fija, las bolsas norteamericanas, suspenderán al presidente de Estados Unidos. Ya lo hicieron hace un mes y reculó.

Por qué Trump reculó

¿Por qué reculó? Porque si subía la inflación y subían los tipos de interés, podía haber una crisis en el mercado de renta fija que se trasladara a crisis bancarias. Esa es la espada de Damocles contra Donald Trump. Por eso os digo que de lo dicho por Donald Trump, poco se llevará a cabo. Mucho ruido y ya lo veréis, pocas nueces. 

Y si en lugar de haber pocas nueces, hay muchas nueces, pobre Estados Unidos. Porque de un crecimiento del 4% que fueron las últimas semanas con Biden, va a pasar a una recesión importante. No creo que Donald Trump cometa esta gran equivocación de pasar a la historia como el presidente que dilapidó una fase expansiva y llevó a una recesión abrupta a su país. Por eso tengo mucha confianza en que sus bravuconadas se van a quedar en nada más que bravuconadas.