El Banco de España recorta al 2,4% el crecimiento del PIB para 2025 y alerta de un freno mayor si persisten los aranceles

La economía nacional se enfrenta a un escenario incierto por la caída del impulso exportador, la escalada proteccionista global y el aumento de la vulnerabilidad estructural interna

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Alba Rus

Periodista y coordinadora gestión web

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Banco de España

El Banco de España ha rebajado en tres décimas su previsión del PIB para 2025

Eduardo Parra / Europa Press

La economía española encara un periodo de menor crecimiento. El Banco de España ha rebajado en tres décimas su previsión de Producto Interior Bruto (PIB) para 2025, situándola en el 2,4%, y ha recortado una décima adicional la estimación para 2026, hasta el 1,8%. Así lo adelantó este lunes su gobernador, José Luis Escrivá, durante una intervención en el Congreso de los Diputados.

El diagnóstico que ofreció Escrivá deja entrever un panorama de desaceleración económica progresiva, impulsada por varios factores: incertidumbre global, tensiones comerciales, menor dinamismo del sector exterior y vulnerabilidades estructurales internas. El gobernador subrayó que la economía española "está en un entorno extraordinariamente complejo", dejando clara la dificultad para hacer previsiones fiables a medio plazo.

Aranceles y tensiones, los grandes lastres del nuevo escenario

Uno de los elementos que más preocupan al organismo es la escalada arancelaria a nivel internacional. Aunque España mantiene una exposición comercial directa limitada con Estados Unidos, sí depende, de forma indirecta, de sectores integrados en las cadenas globales de valor, como el químico. En ese contexto, una prolongación del conflicto comercial podría restar 0,4 puntos al crecimiento del PIB en 2025 y 0,7 puntos en 2026, según los escenarios alternativos que maneja el Banco de España.

Además, la incertidumbre derivada de las políticas económicas a nivel internacional ha cobrado un papel central. Según una encuesta del propio organismo, el 80% de las empresas afectadas por los aranceles considera que esta incertidumbre representa un factor relevante que condiciona sus decisiones.

Inflación, déficit y empleo

La institución también actualizó sus proyecciones sobre inflación, empleo y equilibrio fiscal. El organismo prevé una inflación media del 2,4% en 2025, una décima menos que en las estimaciones de marzo. Para 2026, el proceso de moderación de precios continuará, con una tasa media prevista del 1,7%.

En el mercado laboral, se mantienen sin cambios los datos para 2025, con una tasa de paro del 10,5%, mientras que la estimación para 2026 sube ligeramente hasta el 10,2%, dos décimas más que en la anterior previsión.

A nivel fiscal, las previsiones del déficit público permanecen en el 2,8% del PIB en 2025 y en el 2,6% en 2026, mientras que la deuda pública aumentará hasta situarse en el 101,4% del PIB en ambos años.

Menos presión financiera, pero riesgos persistentes

En este entorno de incertidumbre creciente, los hogares españoles mantienen una posición financiera sólida. El pago por intereses ha descendido desde el 8% hasta el 2,6% de la renta disponible, lo que ofrece cierto colchón frente a posibles shocks económicos.

Del mismo modo, las empresas no financieras han comenzado a reducir su carga financiera. La proporción que destinan al pago de intereses se ha reducido drásticamente, desde el 32,3% del excedente bruto en 2007, hasta el 14,8% actual. Pese a esta mejora, el entorno general exige cautela. La incertidumbre internacional podría traducirse en un endurecimiento de las condiciones financieras, con un impacto directo sobre el consumo y la inversión.

Vivienda, productividad y deuda pública

El gobernador también puso el foco en varios retos estructurales que amenazan con frenar el potencial de crecimiento de la economía española.

Uno de los más urgentes es la elevada ratio de deuda pública, que limita el margen de maniobra ante posibles perturbaciones externas. A ello se suma la escasez de vivienda, que puede convertirse en un obstáculo para responder a la fuerte creación de hogares. Entre 2022 y 2024, el déficit acumulado entre viviendas finalizadas y nuevos hogares se estima entre 400.000 y 450.000 unidades, según el Banco de España.

En el plano laboral, el reto pasa por mejorar el encaje entre las competencias de los trabajadores y las necesidades reales del mercado. Escrivá indicó que la adecuación de habilidades es clave para mantener la empleabilidad y aumentar la productividad.

Finalmente, el país arrastra una brecha de productividad acumulada durante las dos últimas décadas. Reducirla exige, según el Banco de España, reformas orientadas a elevar la eficiencia del sector público, mejorar la calidad institucional y promover la inversión privada, especialmente en sectores innovadores.

Mirada a medio plazo

A pesar del ajuste a la baja en las previsiones, el Banco de España mantiene su mensaje de prudencia optimista. La economía española sigue creciendo, aunque a un ritmo más moderado. Sin embargo, los riesgos geopolíticos, la fragmentación comercial y las limitaciones estructurales internas obligan a adoptar una estrategia de país con visión a medio plazo.

Escrivá advirtió que se necesitan políticas públicas que refuercen la resiliencia económica y aseguren una trayectoria sostenible, subrayando la importancia de reformas que afiancen el crecimiento potencial y reduzcan vulnerabilidades de largo recorrido.

Puntos clave

  • El Banco de España rebaja la previsión de crecimiento del PIB para 2025 del 2,7% al 2,4% y del 1,9% al 1,8% en 2026.
  • Si persisten los aranceles, el crecimiento caería hasta 1 punto adicional en los próximos dos años.
  • La inflación prevista baja al 2,4% en 2025 y al 1,7% en 2026.
  • El déficit se mantiene en el 2,8% en 2025 y en el 2,6% para 2026.
  • La deuda pública sube al 101,4% del PIB.
  • El paro se estabiliza en 10,5% para 2025 y sube al 10,2% en 2026.