La digitalización no solo gana terreno, sino que redefine las bases del crecimiento económico en España. En 2024, el impacto de la economía digital alcanzó los 414.000 millones de euros, lo que supone un 26% del producto interior bruto (PIB), según la quinta edición del informe ‘Economía Digital en España’.
Este dato marca un nuevo récord, con un avance de 1,8 puntos respecto al año anterior y más de 7 puntos desde 2019, cuando comenzó la serie de informes anuales elaborados por Adigital y Boston Consulting Group (BCG).
Este crecimiento no es anecdótico. Mientras que el PIB nominal avanzó un 6,3% interanual, la economía digital lo hizo a un ritmo del 17%.
“El avance de la economía digital en España no solo confirma una tendencia sostenida, sino que demuestra que la digitalización es un motor estructural de crecimiento”, aseguró Rafael Rilo, presidente de BCG en Iberia.
Tres motores de impacto: directo, indirecto e inducido
El informe ‘Economía Digital en España’ descompone este 26% en tres grandes ejes. El impacto directo, correspondiente a sectores ya digitalizados, representa un 12,9% del PIB. El impacto indirecto, un 12,3%, se refiere al efecto, arrastre sobre proveedores y cadenas de suministro. Finalmente, el impacto inducido, vinculado al incremento del consumo en hogares de trabajadores del entorno digital, suma un 0,8%.
Este enfoque permite comprender mejor la profundidad del fenómeno. No se trata únicamente de empresas tecnológicas, sino de un entramado económico que beneficia a múltiples sectores. La digitalización ya no es solo una capa superficial, sino una infraestructura productiva.
Infraestructura y conectividad: la base sólida del avance
La consolidación del modelo digital no habría sido posible sin una infraestructura adecuada. Según el informe, España parte de una posición ventajosa, ya que, cuenta con 143 centros de datos distribuidos por el territorio, el 94% de los hogares tiene acceso a redes de alta velocidad y el 83% de la población utiliza servicios de administración electrónica.
Para la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, María González Veracruz, estos datos reflejan un cambio estructural. “El impacto de la economía digital en el PIB es un indicador muy relevante del avance estructural que está viviendo España en su transformación digital, pues se consolida como un país referente en digitalización e innovación dentro del contexto europeo”, afirmó.
IA pública, el siguiente paso estratégico
El informe subraya el papel emergente de la inteligencia artificial pública como nueva infraestructura digital. Su desarrollo puede democratizar el acceso a la tecnología, generar servicios universales más eficientes y contribuir a la autonomía estratégica del país.
Entre las medidas propuestas para consolidarla destacan el respaldo político y financiero sostenido, la colaboración público-privada, estrategias técnicas de implementación, políticas coordinadas y una comunidad abierta que favorezca la innovación compartida.
España parte con una base sólida, pero el reto es escalar. La hoja de ruta incluye alianzas internacionales y una gobernanza ética que garantice un uso responsable y transparente de la inteligencia artificial.
Pymes, el gran desafío de la IA responsable
Uno de los puntos críticos que plantea el estudio es la lenta adopción de la inteligencia artificial por parte de las pymes. A pesar de su potencial, muchas pequeñas empresas siguen sin incorporar esta tecnología en sus procesos.
Para facilitar la transición, Adigital y el BID Lab —brazo de innovación del Banco Interamericano de Desarrollo— han impulsado el Marco de IA de IAméricas, que busca servir de guía para integrar de forma ética y eficiente la IA en entornos empresariales reducidos.
La estrategia pasa por reforzar la cultura del dato, invertir en talento, adaptar las infraestructuras y establecer mecanismos de evaluación continua. Solo así se podrá garantizar una implementación sostenible y competitiva.
España escala posiciones en Europa como referente digital
Con estos datos, España se consolida como uno de los países europeos que más rápidamente avanza en su transformación digital. El crecimiento sostenido del impacto de la economía digital en el PIB, junto a la consolidación de infraestructuras y la apuesta por la IA, dibujan un escenario donde el valor añadido no está en lo físico, sino en lo intangible.
Además, el efecto arrastre de la digitalización se multiplica. No solo mejora la productividad de las empresas tecnológicas, sino que permea toda la cadena de valor, desde proveedores hasta consumidores finales.
Puntos clave
- La economía digital alcanza los 414.000 millones de euros y supone el 26% del PIB en 2024
- El impacto se desglosa en directo (12,9%), indirecto (12,3%) e inducido (0,8%)
- España cuenta con143 centros de datos y 94% de hogares con alta velocidad
- Las pymes siguen rezagadas en la adopción de inteligencia artificial