En España, la pobreza no se distribuye de forma homogénea. El XV Informe El Estado de la Pobreza en España 2025, elaborado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN), muestra un mapa territorial con profundas desigualdades. Según el estudio, Extremadura, Andalucía y Canarias encabezan el listado de comunidades autónomas con mayores tasas de pobreza, mientras que el País Vasco, Navarra y Cantabria presentan los índices más bajos.

Extremadura y Andalucía, a la cabeza

La comunidad con mayor porcentaje de población por debajo del umbral de pobreza es Extremadura, con un 34,5%. Le sigue Andalucía con un 32,2% y, en tercer lugar, Canarias con un 29,4%. Estas cifras contrastan fuertemente con la media nacional del 20,8% y evidencian una concentración de la pobreza en regiones del sur del país y en territorios insulares.

Estas comunidades comparten características estructurales que dificultan la mejora de sus indicadores sociales: menores niveles de renta, mayor desempleo estructural y una presencia limitada del tejido productivo con alto valor añadido. Además, son regiones donde las políticas sociales tienen menos capacidad redistributiva debido a los menores recursos disponibles.

Madrid y el País Vasco, en el extremo opuesto

En el otro extremo, las comunidades con menor tasa de pobreza son el País Vasco (10,5%), Navarra (12,5%) y Cantabria (13,8%). Madrid, por su parte, se sitúa ligeramente por debajo de la media con un 19,3%. Estas regiones destacan por presentar economías más dinámicas, mayor inversión pública y una red de protección social más desarrollada.

El País Vasco, por ejemplo, lleva años aplicando políticas activas de inclusión social y cuenta con una renta garantizada que funciona como red de seguridad más eficaz que el ingreso mínimo vital estatal. Este enfoque ha permitido contener el riesgo de exclusión incluso en contextos de crisis.

Baleares, un caso llamativo de empeoramiento

Una de las sorpresas del informe es el deterioro significativo en Baleares, que pasa del 15,6% al 19,9% de población en situación de pobreza. Este aumento de 4,3 puntos porcentuales en solo un año refleja una creciente dificultad de acceso a vivienda y una mayor precarización del mercado laboral, especialmente en el sector turístico.

El incremento de la población empobrecida en una comunidad con altos niveles de actividad económica pone de relieve que el crecimiento no siempre implica una mejora en la calidad de vida de las personas si no va acompañado de una adecuada redistribución.

Brechas persistentes entre norte y sur

El informe señala que las brechas regionales de pobreza se han mantenido prácticamente intactas durante los últimos 15 años. Las comunidades del sur (Andalucía, Extremadura y Murcia) y los territorios extrapeninsulares (Canarias, Ceuta y Melilla) concentran de forma estructural las tasas más altas de pobreza y exclusión.

Esto responde a factores de larga data: desigualdades en inversión pública, menor diversificación productiva, una estructura laboral más vulnerable y un parque de vivienda social insuficiente. A pesar de diversas iniciativas estatales y autonómicas, los datos revelan que no se ha logrado reducir de forma significativa la desigualdad territorial.

Desigualdad estructural y políticas autonómicas

El estudio de EAPN recuerda que, aunque las condiciones macroeconómicas influyen, las políticas autonómicas tienen un peso determinante en la configuración de los indicadores sociales. Comunidades con recursos similares pueden presentar tasas de pobreza muy dispares en función de cómo gestionan su política fiscal, de vivienda, empleo o servicios sociales.

Por ejemplo, Castilla y León y Aragón tienen tasas por debajo de la media nacional (16,4% y 16,7%, respectivamente), mientras que Castilla-La Mancha (27,2%) y la Comunidad Valenciana (24,7%) presentan niveles mucho más elevados, a pesar de tener estructuras económicas comparables.

Radiografía de la exclusión por territorios

Además de la tasa AROPE (pobreza y exclusión), el informe analiza otros indicadores desagregados. En Ceuta, por ejemplo, el 19,1% de la población sufre privación material y social severa. En Melilla, el 22,3% de los hogares no puede mantener su vivienda a una temperatura adecuada. Estas cifras evidencian situaciones de privación que van más allá del ingreso y afectan a dimensiones básicas de bienestar.

El informe concluye que abordar la pobreza requiere una respuesta coordinada entre el Estado y las comunidades autónomas, basada en el refuerzo de la protección social, políticas públicas ambiciosas y una financiación justa entre territorios. Las desigualdades territoriales no son inevitables: son el reflejo de decisiones políticas y prioridades institucionales que deben ser repensadas si se quiere avanzar hacia una sociedad más equitativa.

Puntos clave

• Extremadura (34,5%) y Andalucía (32,2%) registran las mayores tasas de pobreza en España en 2025, según el XV Informe de EAPN.
• Las comunidades con menor pobreza son el País Vasco (10,5%), Navarra (12,5%) y Cantabria (13,8%).
• La pobreza afecta al 20,8% de la población española, pero su distribución es muy desigual entre territorios.
• Baleares registra el mayor aumento interanual: la tasa de pobreza sube del 15,6% al 19,9%.
• Se mantienen fuertes contrastes entre el norte y el sur del país, reflejando desigualdades históricas no corregidas.
• Las diferencias en renta media, mercado laboral, vivienda y políticas sociales explican buena parte del mapa regional de la pobreza.