La tormenta en el seno de la firma italiana de lujo Prada parece no haber acabado, al menos para el futuro inmediato. Tras la compra de su rival Versace en abril por 1.250 millones de euros, ahora los movimientos parecen afectar a la directiva. Así, el actual CEO de la marca de lujo, Gianfranco D’Attis,dejará de ostentar el cargo a finales de mes, según reportan agencias internacionales. Será el consejero del grupo homónimo, Andrea Guerra, quien se ponga al frente del gigante de la moda de forma interina hasta que se decida quién será el sucesor.
La marca informa que la decisión ha sido “de mutuo acuerdo” y, según el medio especializado estadounidense WWD, a cargo de la exclusiva, fuentes en Milán aseguran que la relación se ha visto desgastada debido a desacuerdos entre D’Attis y los dueños de Prada sobre cuestiones estratégicas. De hecho, D’Attis no estuvo presente en la presentación de la colección de primavera/verano de 2026 el pasado domingo en la ciudad del norte de Italia, en el marco de la Semana de la Moda, lo que hizo saltar todas las alarmas.
Apenas dos años y medio en el cargo
D’Attis, que cuenta con una larga trayectoria asociada al lujo, ya que había sido previamente presidente de Christian Dior en América y director internacional de Jaeger-LeCoultre, fue el primer ejecutivo de fuera de la familia Prada en ostentar el cargo de consejero delegado. En una entrevista publicada en WWD el año pasado, aseguró que, entre sus prioridades, estaba la de focalizarse en el mercado estadounidense y chino, integrando nuevas categorías -como utilizar oro reciclado en joyería- y atrayendo nuevos clientes jóvenes.
Si hasta ahora D’Attis reportaba a Andrea Guerra, un empresario luso-italiano que es además CEO del grupo propietario de la marca, a partir del 1 de julio será Guerra quien se haga cargo de sus funciones, aunque la empresa italiana lo ve como algo transitorio hasta encontrar un sucesor. La carrera de Guerra ha estado asociada a puestos directivos desde los años noventa, también relacionados con el lujo, como la división hotelera de LVMH -Louis Vuitton Moët Hennesy-, de la que estuvo al frente durante dos años.
Compra de Versace
Esta reorganización de la cúpula directiva de Prada se produce tras la reciente adquisición de Versace, hasta entonces en manos de Capri Holdings, el pasado mes de abril, por valor de 1.250 millones de euros, un paso histórico para consolidar la posición de Italia en el panorama mundial del lujo. “Con su estética altamente reconocible, la marca constituye una adición fuertemente complementaria a la cartera del Grupo Prada y muestra un importante potencial de crecimiento sin explotar aprovechando múltiples palancas de creación de valor”, dijo el grupo entonces en un comunicado.
En el primer trimestre del ejercicio, el Grupo Prada aumentó sus ventas en un 13% hasta los 1.340 millones de euros, impulsado principalmente por el desempeño de Miu Miu, una de sus marcas, dirigida creativamente por Miuccia Prada y Raff Simons, que creció un 60% con respecto al primer ejercicio de 2024 hasta los 377 millones de euros. Mientras, Prada se mantuvo estable, aumentando sus ventas en apenas un millón de euros respecto al mismo período de 2024.
Grandes movimientos en plena crisis del sector del lujo
La noticia llega en un momento en el que la mayoría de empresas del sector del lujo están experimentando cambios en sus directivas. Por ejemplo, el gigante del lujo Kering, propietario de Gucci, nombró la semana pasada a Luca de Meo, jefe de Renault, nuevo consejero delegado, en sustitución de François-Henri Pinault, que ha dirigido esta empresa familiar fuertemente endeudada desde 2005.
Según reportan agencias internacionales, las grandes casas de lujo están apostando por una nueva dirección del diseño para ayudar a reavivar el interés de los compradores, que se han alejado de la moda a medida que suben los precios, provocando una crisis en el sector.
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Fachada de una tienda de Louis Vuitton. Foto de archivo.
Creative Commons
Así, Dior, propiedad de LVMH, nombró a principios de junio a su diseñador de ropa masculina, Jonathan Anderson, para que dirigiese también los diseños de ropa femenina y la alta costura, en sustitución de Maria Grazia Chiuri. En mayo, Kering nombró a Pierpaolo Piccioli, ex diseñador de Valentino, director creativo de Balenciaga, en sustitución de Demna, que asumió el puesto de jefe de diseño de Gucci. También se han producido cambios de diseñador en Chanel, Versace, Valentino y Celine, esta última marca también propiedad de LVMH.
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