En una época en la que las tecnologías avanzan a gran velocidad y se integran en cada vez más ámbitos de la vida cotidiana, confiar en sistemas automatizados para obtener respuestas rápidas y soluciones inmediatas se ha vuelto habitual. Aplicaciones como ChatGPT y otras herramientas basadas en inteligencia artificial (IA) están al alcance de millones de personas y son utilizadas para consultar desde temas de salud hasta estrategias de inversión. Sin embargo, este acceso tan fácil puede hacernos olvidar que estas plataformas no están diseñadas para tomar decisiones críticas en nuestro nombre.
En el terreno de las finanzas personales, esta confianza en la IA puede resultar especialmente peligrosa. Formular preguntas a una inteligencia artificial sobre en qué invertir, qué acciones comprar o si es buen momento para entrar al mercado puede parecer una opción rápida y moderna.
Fachada de la Comisión Nacional del Mercado de Valores
Europa Press
Pero estas respuestas no sustituyen el análisis profesional ni tienen en cuenta todos los factores individuales que deberían evaluarse. Los algoritmos trabajan con datos limitados, a menudo desactualizados o sacados de contexto, y sus recomendaciones no están garantizadas por ninguna entidad supervisora. Por tanto, actuar guiado únicamente por estas sugerencias puede poner en riesgo el ahorro y el patrimonio personal.
Una advertencia desde las autoridades financieras
Ante el creciente uso de herramientas de inteligencia artificial por parte del público general, la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) han emitido una comunicación conjunta para advertir sobre los riesgos asociados al uso de este tipo de aplicaciones en decisiones de inversión. Esta alerta forma parte de una estrategia más amplia de supervisión, con la que se busca garantizar que las entidades financieras que ya utilizan estas tecnologías lo hagan de manera segura y responsable.
Ambas instituciones insisten en que las herramientas basadas en IA, aunque útiles en ciertos aspectos, no deben ser utilizadas como fuente única de información financiera. Su funcionamiento se basa en algoritmos entrenados con datos públicos, lo que puede llevar a errores si la información está desactualizada, es incompleta o no se adapta al perfil concreto del inversor. Además, estas plataformas no están obligadas a actuar en interés del usuario ni a ofrecer asesoramiento personalizado, a pesar de que a menudo simulan un trato individualizado a través de formularios o preguntas previas.
El espejismo del éxito fácil
Uno de los aspectos que más preocupan a los reguladores es el creciente número de plataformas que prometen rendimientos elevados gracias al uso de inteligencia artificial. En algunos casos, estos servicios aseguran que sus algoritmos han descubierto “patrones ocultos” en el mercado capaces de generar beneficios rápidos y constantes. La CNMV y la ESMA advierten que este tipo de mensajes son una señal de alerta:
- Buscar distintos puntos de vista. No es conveniente ni recomendable utilizar únicamente los sistemas de IA para tomar decisiones de inversión que puedan poner en riesgo los recursos y el bienestar económico. Es decir, no son la panacea, sino un recurso más que se puede utilizar o no. Y el supervisor señala que también hay que considerar confiar en profesionales autorizados.
- Desconfiar de las falsas promesas de enriquecimiento rápido. Muchas campañas promocionales pueden asegurar que el inversor puede incrementar sus ganancias de un momento para otro. Y esto siempre ha sido una luz roja. Es necesario estar alerta cuando se afirme que habrá rendimientos elevados y a corto plazo si se utilizan estrategias de inversión basadas en la IA generativa.
Fachada de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
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- Comprender bien todos los riesgos. La CNMV destaca que las herramientas en línea de IA que son accesibles al público no tienen obligación alguna de actuar en interés del inversor, de ahí que ponga en valor las entidades que están sometidas a la supervisión y la regulación tanto española como europea. Resulta indispensables que el usuario conozca y entienda los riesgos y que tome conciencia sobre las limitaciones y posibles imprecisiones del asesoramiento generado por la IA: siempre está la posibilidad de que sus recomendaciones se basen en información obsoleta, incorrecta o incompleta.
Privacidad, regulación y supervisión
Más allá del riesgo económico, existe otro factor que preocupa a las autoridades: la protección de los datos personales. Muchas de estas aplicaciones recopilan información sobre los usuarios —incluyendo su situación financiera, hábitos de inversión o tolerancia al riesgo— sin que esté claro qué uso se hace de esos datos ni qué medidas de seguridad se aplican. En este sentido, la CNMV recuerda que estas herramientas no están sujetas a las mismas normativas que rigen a las entidades financieras autorizadas.
- Proteger la privacidad. Cabe la posibilidad de que estas plataformas tecnológicas de inversión basadas en la IA generativa no dispongan de las medidas de seguridad adecuadas para proteger sus datos personales. Por lo tanto, pueden ser más susceptibles a ciberataques que aprovechen brechas de seguridad y permita a terceros acceder a información sensible que, posteriormente, pueden utilizar de manera maliciosa.
En contraste, los asesores financieros registrados están obligados a cumplir con una regulación estricta que garantiza el deber fiduciario hacia el cliente. Esto implica que deben actuar siempre en su beneficio, ofrecer asesoramiento adecuado a su perfil y contar con sistemas sólidos de protección de datos. Las herramientas basadas en IA, en cambio, operan fuera de este marco, lo que deja al usuario desprotegido en caso de error, mala práctica o uso indebido de su información.
Aunque la inteligencia artificial tiene un enorme potencial para mejorar la eficiencia y el acceso a la información, su uso responsable es clave. En el ámbito de las inversiones, confiar ciegamente en sistemas automatizados puede ser una apuesta peligrosa. Como recuerdan las autoridades, ningún algoritmo puede sustituir el juicio informado y la asesoría profesional.
Puntos clave
- La IA no reemplaza el juicio financiero: Herramientas como ChatGPT pueden ser útiles, pero no están diseñadas para ofrecer asesoramiento personalizado ni garantizan decisiones acertadas al invertir.
- Advertencia oficial: La CNMV y la ESMA alertan que las aplicaciones de IA no están reguladas ni supervisadas, por lo que los inversores no cuentan con protección legal si algo sale mal.
- Riesgo de estafas y promesas falsas: Se debe desconfiar de plataformas que prometen beneficios rápidos usando IA, ya que muchas veces se trata de esquemas engañosos.
- Privacidad y seguridad en duda: Estas herramientas pueden recopilar datos personales sin asegurar su protección, lo que añade un riesgo adicional para el usuario.