Con el verano a las puertas y los precios del alquiler vacacional en máximos históricos, el economista y colaborador de Líder Actual, Gonzalo Bernardos ha lanzado un mensaje directo a quienes se plantean endeudarse para poder irse de vacaciones. En su intervención en el programa Más Vale Tarde, de La Sexta, Bernardos ha advertido de que, si no se tienen los recursos necesarios, la decisión más sensata es no irse: “Le recomendaría que se quede sin vacaciones porque un préstamo es esencial, ya que tiene un agujero económico que no puede sufragar de otra manera”.
El alquiler vacacional un 17% más caro que el año pasado
El precio medio del alquiler vacacional esta temporada supera los 1.270 euros a la semana, un 17% más que en 2024 y hasta un 40% más que en 2020, según datos del portal Fotocasa. Estas cifras, junto con el encarecimiento del transporte y la subida generalizada de precios, están llevando a muchas familias a plantearse la posibilidad de solicitar un préstamo personal para financiar su descanso estival. Para Bernardos, esa opción es un error: “Un préstamo se toma para un aspecto esencial, pero por un gusto no”.
Según el economista, hay un número creciente de personas que, pese a contar con ingresos aceptables, viven por encima de sus posibilidades: “Todos conocemos a personas que se ganan bien la vida, pero que no llegan a fin de mes. ¿Por qué? Porque les es ‘imprescindible’ ir al Liceo. Les es ‘imprescindible’ comer todos los domingos en un buen restaurante. Les es ‘imprescindible’ hacer un viaje al extranjero... Pero no hablo de una capital europea, sino de otro continente, cada semestre”.
Una reflexión que, según Bernardos, apunta a la falta de equilibrio entre los ingresos y los gastos. “Si tú quieres gastar más de lo que ingresas, no tienes más remedio que trabajar más. Si no, lo que tienes que hacer, es gastar menos”, sentencia.
Las vacaciones como lujo, no como necesidad
El fenómeno de los créditos para financiar las vacaciones no es nuevo, pero ha ganado fuerza en los últimos años con el auge del turismo experiencial y la presión de las redes sociales, que muchas veces generan la necesidad de mostrar una vida repleta de escapadas, ocio y consumo. La diferencia es que ahora, los precios se han disparado.
Un informe reciente de Fotocasa destaca que los precios del alquiler vacacional se han disparado un 17% interanual, con especial intensidad en zonas como Baleares, la Costa del Sol o Canarias. Algunas de estas regiones, además, presentan una fuerte presión sobre el mercado residencial, lo que ha reavivado el debate sobre la convivencia entre el turismo vacacional y el derecho a la vivienda.
En paralelo, según los datos del INE, los precios del transporte aéreo también se han encarecido un 8% respecto al verano anterior, mientras que los costes en restauración y ocio siguen al alza.
Recordando la economía de otras generaciones
En su intervención, Bernardos recurrió a la comparación generacional para ilustrar cómo ha cambiado el enfoque del consumo. “Los jóvenes de los años 80 y 90 solo conocíamos el pueblo al que íbamos en verano. Allí se gastaba menos porque los precios eran más bajos”, recuerda. Según el economista, en aquellas décadas se vivía con más austeridad, lo que permitía mantener el equilibrio económico en los hogares: “La familia, en lugar de gastar más, gastaba menos”.
El experto considera que hoy falta esa mentalidad y que muchas familias se ven atrapadas por el deseo de mantener cierto estatus o estilo de vida. “No se puede querer tenerlo todo sin hacer renuncias. O ganas más dinero, o reduces tus expectativas de consumo”, insiste.
¿Cuándo es justificable un préstamo?
Para Bernardos, hay momentos en los que pedir un préstamo es razonable, pero siempre debe responder a una necesidad real. “Si se te estropea el frigorífico, necesitas un coche para trabajar o tienes un gasto médico imprevisto, es comprensible recurrir a un crédito”, afirma. “Pero pedir dinero para irte de vacaciones no entra dentro de esa lógica”.
Esta idea conecta con la filosofía que el economista ha defendido en numerosas ocasiones: el crédito debe usarse como herramienta de inversión o solución urgente, no como vehículo de consumo impulsivo.
Un contexto económico desafiante
Las advertencias de Bernardos se enmarcan en un contexto de crecimiento económico en España, pero también de elevados tipos de interés, inflación persistente y pérdida de poder adquisitivo en muchos hogares. A pesar de que la economía crece, no todas las familias se benefician por igual.
Según el Banco de España, el endeudamiento de los hogares ha crecido levemente en el último año, en parte debido a los créditos al consumo. Estas operaciones, que incluyen la financiación de vacaciones, tecnología o reformas del hogar, han aumentado un 5,6% en el primer trimestre de 2025.
Según el Banco de España, el endeudamiento de los hogares ha crecido levemente en el último año, en parte debido a los créditos al consumo.
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A esto se suma la dificultad para ahorrar. Aunque la tasa de ahorro de los hogares españoles aumentó en 2024, sigue estando por debajo de los niveles de otros países europeos. Además, gran parte del ahorro se destina a cubrir gastos extraordinarios, sin margen para imprevistos.
El dilema del consumo aspiracional
La tendencia a vivir por encima de las posibilidades no es exclusiva de España, pero se ve acentuada por factores culturales y económicos. Bernardos pone el foco en el consumo aspiracional, ese que empuja a muchas personas a tomar decisiones financieras para proyectar una imagen de éxito o bienestar.
“Hay quienes priorizan aparentar a tener estabilidad. Pero eso no es sostenible en el tiempo”, advierte. El economista insiste en que las decisiones de gasto deben ir alineadas con la realidad económica de cada familia, no con las expectativas sociales o la presión del entorno.
Una lección financiera para el verano
El mensaje de Bernardos, lejos de ser una llamada al sacrificio extremo, busca promover una cultura financiera más consciente. En su opinión, muchas familias podrían evitar el estrés económico de septiembre si ajustan sus decisiones antes del verano.
“Hay que entender que unas vacaciones no pueden poner en jaque la economía de un hogar. No es una necesidad, es un lujo. Y como tal, debe ajustarse a lo que uno puede permitirse”, concluye.
Puntos clave
- Gonzalo Bernardos desaconseja pedir préstamos para irse de vacaciones y defiende que estos solo deben utilizarse para necesidades reales.
- El economista alerta sobre el desequilibrio entre ingresos y estilo de vida en muchos hogares españoles.
- La subida del 17% en el precio de los alquileres vacacionales ha llevado a algunas familias a financiar sus vacaciones con crédito.
- Bernardos recuerda que en los años 80 y 90 las familias optaban por vacaciones austeras para no comprometer su estabilidad económica.
- El experto advierte que gastar por encima de lo que se ingresa lleva al endeudamiento y propone ajustar el consumo o aumentar ingresos como únicas salidas sostenibles.