¿Merece la pena participar en Eurovisión? Las cifras del festival a examen: presupuesto, visitantes, entradas, audiencia

Pese a que Basilea espera un impacto de 60 millones de francos, tuvo que desembolsar 35 para ser la ciudad anfitriona del festival. Los expertos creen en la proyección y visibilidad del evento, pero también advierten de que es "deficitario"

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Ana Cantero

Periodista especializada en asuntos internacionales y económicos

Actualizado a

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Melody representa a España en el Festival de Eurovisión en Basilea con 'Esa Diva'.

GTRES - Jens Büttner/dpa

Millones de eurofans esperan con ansias la celebración cada año del Festival de la Canción de Eurovisión, en el que participan decenas de países miembros de la Unión Europea de Radiodifusión (UER). Sus representantes, elegidos principalmente por las televisiones públicas de cada país, luchan en mayo por alzarse con el ansiado micrófono de cristal desde el año 1956, por lo que se trata del concurso musical más longevo del mundo.

Lo cierto es que el festival concentra a millones de europeos frente al televisor una noche al año, que pueden votar por sus candidaturas favoritas -excepto por la del país en el que residen-, ofreciendo gran visibilidad a los artistas y a la ciudad que acoge el evento, que normalmente pertenece al país que ganó la edición del año anterior. Pero, ¿es este espectáculo único tan característico del Viejo Continente verdaderamente rentable para la ciudad que lo organiza?

Basilea organiza la edición del festival de 2025

Después de que el artista suizo Nemo se alzara con la victoria en mayo de 2024 en la edición celebrada en Malmö (Suecia), la Sociedad Suiza de Radiodifusión y Televisión (SRG SSR) anunció a finales de agosto del mismo año que Basilea era la ciudad elegida para ser anfitriona del concurso en 2025. No obstante, la financiación pública del evento tuvo que ser sometida a referéndum después de que la Unión Democrática Federal de Suiza (EDU), un partido político de tendencia nacionalista, cristiana y conservadora, reuniese las firmas suficientes por considerarlo un festival donde se producían “incidentes antisemitas” y actuaciones que promovían “el satanismo y el ocultismo”.

La financiación del evento, sin embargo, salió respaldada en la consulta pública, con un 66,6% de votos a favor de que se recaudaran 35 millones de francos suizos -37,3 millones de euros- para celebrar Eurovisión. Esto lo convertiría en uno de los festivales más costosos de la historia, por detrás del de Azerbaiyán en 2012, que gastó 60 millones de euros en celebrar el festival y otros 100 millones en construir la sede en Bakú; y Copenhague en 2014, que gastó alrededor de 44,8 millones de euros, según datos de la propia organización del festival.

Impacto económico en las ciudades anfitrionas

La administración cantonal de Basilea espera obtener un impacto económico que ronde los 60 millones de francos suizos en la ciudad con motivo de la celebración de Eurovisión. Si a esos 60 millones se le restan los 35 invertidos para acoger el concurso y cubrir gastos como infraestructuras, seguridad o servicios médicos, quedaría un beneficio neto de unos 25 millones de francos suizos (26,6 millones de euros). “La ganancia neta estimada puede parecer modesta a primera vista. Sin embargo, es probable que el impacto a largo plazo sobre la visibilidad nacional, el turismo, el gasto de los consumidores y la inversión sea significativamente mayor”, estiman desde la Swiss School of Business and Management de Ginebra.

Un informe conjunto de la Universidad de Liverpool y Amion Consulting, la firma encargada de evaluar el impacto económico del festival organizado por la ciudad de Liverpool en 2023, asegura que Eurovisión atrajo a la región a más de 70.000 viajeros adicionales entre abril y junio, con un impacto de más de 11 millones de libras esterlinas. En el caso de Basilea, la demanda hotelera se ha disparado, con un aumento de las reservas del 280% en comparación con el mismo periodo de 2024. “El precio medio por noche se ha más que duplicado, pasando de 247 a 512 dólares durante la semana de Eurovisión. Incluso ciudades vecinas como Zúrich y Berna están experimentando subidas de precios: algunos hoteles han incrementado sus tarifas hasta un 149%”, señalan desde la Escuela Suiza de Negocios y Administración de Ginebra.

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Impacto económico neto adicional de la celebración del Festival de Eurovisión de 2023 en Liverpool

Amion Consulting

Por tanto, ¿es realmente rentable organizar Eurovisión? Jessie Smith, economista de la Universidad de Oxford, explica que “las ciudades anfitrionas disponen de apenas unos meses para organizar un acontecimiento espectacular y retransmitirlo a más de 180 millones de personas en todo el mundo. La financiación del acontecimiento depende de una combinación de dinero de la ciudad anfitriona, las emisoras, la venta de entradas de patrocinadores y fondos públicos”, aunque destaca que los patrocinios representan una parte cada vez mayor de la financiación para reducir la dependencia del dinero de los contribuyentes.

Luis Mesa Cabello, periodista especializado en Eurovisión, cree que organizar el festival no es rentable: "Se pueden medir indicadores como el impacto hotelero, la imagen de la ciudad o el proyecto nacional que supone, pero es deficitario. La ciudad de Malmö declaraba que el año pasado perdió 90 millones de coronas suecas -un poco más de ocho millones de euros- con el certamen. La proyección nacional y de la capital es otra cosa, con ejemplos como Bakú en 2012 que llega hasta a edificar un pabellón solo para el evento, o Tallinn en 2002, que supone el primer evento internacional a nivel europeo que organizaba Estonia. Pero a nivel económico, no es rentable a día de hoy".

Audiencias en aumento

Según datos de la propia UER, la edición de 2024, celebrada en Suecia, llegó a 163 millones de personas a lo largo de las tres retransmisiones en directo en 37 mercados de medios de comunicación de servicio público. El alcance total del festival aumentó en un millón de personas en comparación con 2023 y en dos millones desde el Festival de 2022 en Turín.

La cuota de audiencia de la Gran Final fue del 46,7%, la más alta desde 2006 y casi el triple de la media de los canales de televisión (17,6%), añade la sociedad. A esto hay que sumarle los más de 80 millones de usuarios de YouTube que también siguieron el evento en directo. Las estimaciones de la UER apuntan además a unos 805 millones de euros en valor publicitario generados en la edición. 

En cuanto a los precios de las entradas, este año oscilan entre los 10 y los 350 francos suizos, según el espectáculo y la categoría. Las entradas más caras son las de la final, mientras que las más baratas son las del preestreno de la tarde, detalla la televisión pública suiza.

Pese a todas estas cifras, Mesa cree que el aspecto económico del festival es lo que más debe cuidar la UER de cara al futuro: "En la actualidad en Eurovisión participan 37 países, pero muy pocos realmente desean ganar por el peso que supone albergar el festival al año siguiente. Hasta la propia Suecia -país que más veces ha ganado el festival y donde hay mucha afición al concurso- ya ha avisado de que, si gana este año -está entre las favoritas- la edición del año que viene será muy austera".

Puntos clave

  • La ciudad de Basilea estima la repercusión económica del festival en unos 60 millones de francos suizos
  • La financiación pública del concurso, de 35 millones de francos, se sometió a referéndum y fue aprobada por un 66% de los votos
  • La demanda hotelera en Basilea se ha disparado un 280% respecto al mismo periodo de 2024
  • Pese a ello, los expertos creen que organizar el festival "no es rentable"