Los planes de pensiones son instrumentos de ahorro a largo plazo diseñados para complementar la pensión pública al momento de la jubilación. La idea es ir guardando una parte del sueldo durante los años de trabajo, y ese dinero se va invirtiendo para que crezca con el tiempo. Así, al llegar el momento de dejar de trabajar, se cuenta con un ingreso extra que complementa la pensión pública.
En España, estos planes tienen ventajas fiscales, lo que significa que quienes aportan dinero a ellos pueden pagar menos impuestos en la declaración de la renta, hasta un máximo de 1.500 euros al año. El 21% de la población española tiene un plan de pensiones, según datos de la Encuesta de Competencias Financieras 2021 del Banco de España). Aunque no garantizan ganancias fijas, existen diferentes tipos de planes según cuánto riesgo se quiera asumir, y cada vez más personas los consideran una opción para asegurar su futuro económico.
Opciones comercializadoras de planes de pensiones individuales
- Entidades de crédito (bancos, cajas de ahorros, etc.): Son las más comunes a la hora de ofrecer planes de pensiones. Se encargan de captar el ahorro del cliente y canalizarlo hacia un fondo gestionado. Por su presencia en todo el país y su relación directa con los usuarios, son una vía habitual para contratar estos productos. Por ejemplo, Banco Santander comercializa varios planes de pensiones bajo su marca “Mi Plan Santander”.
- Entidades aseguradoras: Estas compañías no solo venden seguros, sino que también ofrecen planes de pensiones, muchas veces ligados a productos de jubilación o seguros de vida. Por ejemplo, Mapfre ofrece planes como el “Sistema Individual de Previsión Asegurado (SIPA)”.
Por ejemplo, Mapfre ofrece planes como el “Sistema Individual de Previsión Asegurado (SIPA)”.
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- Empresas de servicios de inversión: Se trata de sociedades que pueden asesorar y gestionar inversiones financieras, incluyendo planes de pensiones, a menudo con una oferta más especializada. Por ejemplo, Renta 4 Banco, además de ser banco, actúa como empresa de inversión ofreciendo planes adaptados a distintos perfiles de riesgo.
- Sociedades gestoras de instituciones de inversión colectiva (SGIIC): Son responsables de la gestión profesional de fondos de inversión, y también pueden diseñar y ofrecer planes de pensiones basados en fondos. Por ejemplo, CaixaBank Asset Management, del grupo CaixaBank, gestiona tanto fondos como planes de pensiones.
- Entidades gestoras de fondos de pensiones: Son las encargadas de administrar y gestionar los fondos de pensiones, asegurándose de que el dinero se invierta conforme a la política marcada. Aunque no siempre venden directamente al cliente, son clave en el funcionamiento del sistema. Por ejemplo, BBVA Pensiones, S.A. es una entidad gestora de fondos que administra una gran parte de los planes del grupo BBVA.
- Agentes de seguros vinculados: Son personas o empresas que trabajan con varias aseguradoras y están autorizados para vender productos como planes de pensiones. Su ventaja es que pueden ofrecer opciones de distintas compañías. Por ejemplo, una correduría como Howden Iberia puede actuar como agente vinculado de varias aseguradoras.
Por ejemplo, BBVA Pensiones, S.A. es una entidad gestora de fondos que administra una gran parte de los planes del grupo BBVA.
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- Operadores de banca-seguros vinculados: Son entidades financieras que venden productos de seguros —y planes de pensiones— de diferentes aseguradoras, actuando como intermediarios. Por ejemplo, Bankinter trabaja como operador de banca-seguros ofreciendo productos de pensiones de aseguradoras como Mapfre o Santalucía.
- Corredores de seguros: Son profesionales independientes que asesoran al cliente y pueden ofrecer planes de diferentes aseguradoras. No están ligados a una sola compañía, lo que les permite comparar y buscar lo mejor para cada persona. Por ejemplo, Aon es una gran correduría internacional que también ofrece asesoramiento en planes de pensiones individuales.
Transparencia y protección: lo que debes saber antes de contratar un plan de pensiones
Contratar un plan de pensiones no debe implicar costes ocultos ni sorpresas. Así lo establece la normativa actual, que protege al partícipe —la persona que ahorra para su jubilación— de comisiones indebidas en el proceso de contratación. Por ley, no se pueden cobrar gastos asociados al alta en el plan, ni tampoco comisiones por los servicios de comercialización o mediación.
Además, las aportaciones realizadas a un plan de pensiones no llevan aparejados recargos impositivos como el IVA, ni pueden estar sujetas a comisiones por suscripción. El objetivo es claro: fomentar el ahorro a largo plazo sin penalizaciones económicas desde el primer momento.
Pero más allá de los aspectos económicos, la normativa también pone el foco en la transparencia. Cualquier persona interesada en un plan de pensiones debe tener acceso a información clara, suficiente y comprensible sobre el producto, que le permita tomar decisiones informadas sobre su jubilación. Esto incluye conocer tanto el contenido del plan como la evolución de sus derechos como partícipe.
Para garantizar este derecho, las entidades gestoras están obligadas a elaborar un documento con los datos fundamentales para el partícipe. Este documento debe estar disponible para cada plan de pensiones en comercialización y puede consultarse, junto con otros recursos informativos, en la web oficial de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones.
Puntos clave
- Los planes de pensiones permiten ahorrar a largo plazo para complementar la pensión pública.
- Las aportaciones tienen beneficios fiscales y no están sujetas a IVA ni comisiones de suscripción.
- Varias entidades pueden comercializar estos productos, desde bancos hasta aseguradoras y corredores.
- La normativa exige total transparencia e información clara para el partícipe antes de la contratación.