Gonzalo Bernardos, economista: "La decisión no es vetar la operación sino ponerle unos inconvenientes muy grandes al BBVA"

El experto analiza la OPA y advierte que si se tratara de los accionistas, la entidad vasca se llevaría la partida si aumentara el precio; aunque la última palabra la va a tener el Ejecutivo

Gonzalo Bernardos
Gonzalo Bernardos

Profesor Titular de Economía de la UB. Analista y consultor económico e inmobiliario

Actualizado a

Gonzalo Bernardos, economista

Gonzalo Bernardos, economista.

 

La operación empresarial de moda en el actual año, la que más titulares está dando, es la compra del Sabadell por parte del BBVA. ¿Por qué el BBVA quiere comprar al banco catalán? Según un directivo de la entidad financiera vasca, porque "el Sabadell es un magnífico banco, y especialmente tiene un negocio de pymes muy rentable porque sus empleados lo hacen muy bien, incluso mejor que los nuestros".

Bien, a mí me parece que esa es una razón, indiscutiblemente. Pero yo añadiría otra. El BBVA, hoy en día, obtiene de México el 45% de sus beneficios, y de Turquía el 13%. Por tanto, es no un banco español para los inversores, sino un banco de un país emergente, principalmente latinoamericano.

Esto cotiza con penalización por la sencilla razón de que en los negocios en los países emergentes son bastante más inestables que en los países desarrollados. Entonces si compra al Sabadell, una parte más importante del negocio para venir de España. Y también porque el Sabadell tiene una filial en el Reino Unido, posiblemente de TSB el banco inglés. No obstante, yo tengo la impresión que el BBVA tiene objetivos más amplios, más grandes. Que la compra del Sabadell va a ser el primer paso para adquirir otro posteriormente en Europa, y convertirse en uno de los principales jugadores del mapa mundial bancario.

Bien, ahora vamos a la otra parte. ¿Qué razones puede tener el Sabadell para no querer ser comprado? En primer lugar hay una razón de orgullo. En 2020, en noviembre, el BBVA quiso comprar el Sabadell por una cantidad minúscula: 500 millones de euros. No llegaron un acuerdo porque posiblemente la cúpula del Sabadell piense que el BBVA creía que no podrían recuperarse y salir de una situación muy complicada que tenían en 2020.

Solo ganaron 2 millones de euros, pero se salieron. Y se salieron muy bien. Cambiaron el consejero delegado. César González Bueno lo ha hecho muy bien, y ha permitido que el Sabadell sea un banco rentable. A partir de aquí, lo que nos encontramos es si el precio es adecuado o no.

Los inversores piensan que no es adecuado. Piensan que el BBVA tiene suficiente dinero para pagar más, e incluso que para pagar una parte de la compra en metálico; que es lo que más le gusta a los accionistas del Sabadell. A partir de aquí, por eso en la bolsa cotiza con prima el Sabadell. ¿Por qué el banco catalán no quiere ser comprado? Por la sencilla razón de que cree que lo peor ya ha pasado, que tiene un futuro francamente bueno y que Oliu, que ha hecho el banco grande, que es su presidente, pues quiere retirarse en lor de multitudes; por la puerta grande. Y pasar a ver su banco, al que le ha dedicado una gran parte de su vida profesional en manos de otras personas, de otros directivos, pues no le place.

A partir de aquí las estrategias son de ataque y defensa muy sencillas. El BBVA: vamos a ser mejores más grandes, y vamos a crear más valor para el accionista si compramos el Sabadell. El Sabadell: ya soy lo suficientemente bueno solo y no necesito que nadie me tutele. ¿Quién ganará la partida? Mirad, mi impresión es que si se trata de accionistas, indiscutiblemente, si el BBVA aumenta el precio, se lleva la partida. Y puede hacerlo.

No obstante, para que la operación fructifique, la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia ha de dar el visto bueno. Lo ha dado. Pero ahora lo más difícil es el Gobierno. El PSOE tiene muchos intereses en Cataluña. El Sabadell ha jugado muy bien la parte política, y la defensa que está haciendo es numantina. Y cuando Pedro Sánchez se ha inventado algo que no estaba previsto, una consulta pública, prepararos porque la decisión no la creo que tomen los accionistas; sino que la va a tomar el Gobierno. Y la decisión no es vetar la operación, que ya no puede petarla, sino ponerle unos inconvenientes tan grandes al BBVA que hagan desistirle de la compra.

Fijaros cómo ha cambiado la situación en pocos días. Euforia en el BBVA por la aprobación de la Comisión Nacional de Mercados y de la Competencia. Ahora, cuando Pedro Sánchez dice que va a hacer la consulta pública, la euforia está en el Sabadell, desde mi perspectiva. Si los accionistas tienen la oportunidad de decidir, ganará el BBVA. Si el Gobierno influye y cree que esto es bueno, que se pare la operación para el PSOE, adiós a la operación. En resumen, el BBVA lo tiene crudo.