Los españoles ganan más, pero algo ha cambiado en su forma de ahorrar

El aumento de la renta disponible no se traduce en una mayor proporción de dinero guardado, lo que apunta a un cambio estructural en los hábitos financieros de los hogares y levanta señales de alarma entre los analistas

2020 05 21 13:50:10 023
Ada Sanuy

Coordinadora editorial

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La tasa de ahorro de los hogares baja al 5,7% en el primer trimestre, el nivel más bajo desde 2019, mientras el gasto en consumo crece más que la renta disponible

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La economía doméstica española arranca el año con un retroceso significativo en su capacidad de ahorro. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de ahorro de los hogares descendió al 4,8% de su renta disponible bruta en el primer trimestre de 2025, lo que supone una caída de 1,6 puntos respecto al mismo periodo del año anterior. Esta contracción se explica, fundamentalmente, por un fuerte repunte del consumo y de la inversión por parte de las familias.

En términos ajustados por estacionalidad, la tasa de ahorro se situó en el 12,8%, seis décimas por debajo del cierre de 2024 y la cifra más baja desde el último trimestre de 2023. El deterioro del ahorro coincide con un aumento de la renta disponible, que alcanzó los 245.976 millones de euros, un 5,1% más que en el primer trimestre del ejercicio anterior. Sin embargo, este crecimiento fue ampliamente superado por el dinamismo del gasto.

El gasto se impone al ahorro

Las familias españolas gastaron entre enero y marzo un total de 234.118 millones de euros, un 7,1% más que en el mismo periodo de 2024. Paralelamente, elevaron su inversión un 9,1%, hasta alcanzar los 18.089 millones de euros. Pese al incremento de ingresos, el ahorro total se redujo en un 20,9%, lo que deja la cifra total de ahorro en 11.913 millones de euros.

El resultado es una balanza financiera negativa para los hogares, que mostraron una necesidad de financiación de 6.871 millones de euros, una cantidad que multiplica por más de tres la del primer trimestre del año pasado. En este contexto, el ahorro generado fue claramente insuficiente para cubrir los niveles de inversión alcanzados.

La economía española pierde fuerza en su capacidad de financiación

El deterioro del ahorro no es exclusivo del ámbito doméstico. A nivel macroeconómico, la economía española presentó una capacidad de financiación de 10.100 millones de euros frente al resto del mundo, lo que representa un 2,5% del PIB. Esta cifra es claramente inferior a los 13.787 millones registrados en el mismo periodo de 2024, lo que confirma una tendencia a la baja.

Este debilitamiento global se debe, en parte, a la necesidad de financiación tanto de los hogares como de las Administraciones Públicas, que registraron un déficit conjunto de 4.719 millones de euros, equivalente al 2,7% del PIB. No obstante, el dato supone una mejora respecto al déficit de 5.380 millones del primer trimestre del año anterior.

Empresas e instituciones financieras: luces y sombras

Por el lado empresarial, las sociedades no financieras también vieron reducida su capacidad de financiación, que pasó de 12.411 millones de euros a 8.993 millones. En cambio, las instituciones financieras experimentaron un notable repunte, con un superávit de 12.967 millones, muy superior a los 8.972 millones del ejercicio previo.

En conjunto, los distintos sectores de la economía han seguido trayectorias dispares, pero la tendencia general apunta a un menor colchón financiero, tanto público como privado.

La renta nacional crece, pero no basta

Pese a este contexto de creciente necesidad de financiación, la renta nacional bruta avanzó un 5,5% interanual en el primer trimestre, hasta alcanzar los 397.364 millones de euros. Este aumento se debe principalmente al incremento de la remuneración de los asalariados, que creció un 7%, y al repunte más moderado del excedente bruto de explotación (+3,3%).

Por su parte, la renta nacional disponible bruta subió un 5,3%, hasta los 395.771 millones. En términos desestacionalizados, ambas variables también mostraron crecimientos respecto al trimestre anterior: un 1,4% en el caso de la renta bruta y un 1,6% para la disponible.

Escenario de desequilibrio: ahorro insuficiente y consumo robusto

Los datos reflejan un escenario de desequilibrio progresivo entre el ahorro y el consumo. Aunque la renta de los hogares mejora en cifras absolutas, el impulso del gasto y la inversión acaba reduciendo el colchón financiero familiar. La necesidad de financiación es un indicador clave que revela las dificultades de los hogares para cubrir sus compromisos sin recurrir a fuentes externas.

Este patrón podría agravarse si se mantienen las presiones inflacionarias, o si los tipos de interés continúan elevados, encareciendo aún más el crédito y limitando la capacidad de reacción financiera de muchas familias.

Un trimestre de contrastes

El arranque de 2025 deja una fotografía mixta de la economía española. Mientras la renta y el consumo muestran fortaleza, el ahorro retrocede con fuerza y la necesidad de financiación crece de manera preocupante. El desequilibrio estructural entre ingresos y gasto se convierte así en uno de los principales desafíos para el conjunto del tejido económico, y en especial para los hogares, que ven menguar su margen de maniobra en un contexto todavía incierto.

Puntos clave

  • La tasa de ahorro de los hogares baja al 5,7% en el primer trimestre, el nivel más bajo desde 2019, mientras el gasto en consumo crece más que la renta disponible.
  • Los hogares destinan más recursos a invertir, pero su capacidad de financiación se reduce un 15,7% respecto al año anterior.
  • La economía española vuelve a necesitar financiación exterior y el sector público aporta el mayor desequilibrio, con un déficit de casi 10.000 millones.
  • Las empresas no financieras y las entidades financieras sí logran cerrar el trimestre con capacidad de financiación positiva.