La creación de nuevas empresas en España sufrió un importante retroceso en febrero de 2025. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de sociedades mercantiles constituidas descendió un 20,2% respecto al mismo mes del año anterior, alcanzando un total de 8.746 empresas. Esta es la cifra más baja registrada en un mes de febrero desde el ejercicio 2020, en pleno impacto inicial de la crisis del Covid.
Este desplome interanual, que se suma a la caída de la producción industrial española en febrero, es significativamente más pronunciado que el descenso del 0,4% experimentado en enero, confirmando así una tendencia preocupante que encadena ya dos meses consecutivos de caídas en la actividad emprendedora.
Retroceso en la inversión y capital suscrito
El impacto del parón empresarial también se refleja en los niveles de inversión. Durante el pasado mes de febrero se suscribieron más de 457 millones de euros para la constitución de nuevas sociedades, lo que supone un recorte del 13,5% respecto al año anterior. Sin embargo, el capital medio suscrito aumentó un 8,5%, situándose en 52.270 euros por empresa, un dato que apunta a un ligero incremento en la cuantía de las operaciones registradas, a pesar del retroceso general.
Por otro lado, el número de ampliaciones de capital ascendió a 3.057 empresas, un 1,7% más que en febrero de 2024. No obstante, el capital total suscrito en estas operaciones cayó un 35,3%, hasta los 1.935 millones de euros, y el capital medio bajó un 36,4%, hasta los 632.997 euros. La lectura es clara: se amplían capitales en más sociedades, pero con menos volumen de recursos.
Aumenta la disolución de empresas
Mientras la creación de nuevas sociedades retrocede, la disolución empresarial mantiene una trayectoria ascendente. En febrero se cerraron 2.558 empresas, lo que representa un ligero incremento del 0,4% respecto al mismo periodo del año anterior. Esto equivale a una media de 91 disoluciones por día durante ese mes.
El 82,2% de estas disoluciones fueron voluntarias, mientras que un 8,5% correspondieron a procesos de fusión. Esta dinámica sugiere una doble lectura: por un lado, algunos cierres responden a decisiones estratégicas, pero por otro, evidencian la fragilidad de numerosos negocios, especialmente en un contexto macroeconómico todavía incierto.
El comercio y la construcción, los sectores más castigados
Los datos del INE revelan una fuerte concentración sectorial tanto en la creación como en la disolución de empresas. Del total de sociedades constituidas, un 18,2% se dedicaban a actividades inmobiliarias, financieras y de seguros, y un 15,5% al comercio.
Por el contrario, entre las empresas disueltas, el comercio volvió a ser el sector más afectado, representando el 19,7% del total, seguido de cerca por la construcción, con un 16,1%. Estos datos apuntan a una elevada rotación empresarial en actividades sensibles al ciclo económico y a los cambios de consumo.
Madrid, Cataluña y Andalucía lideran en volumen, pero con caídas
A nivel autonómico, la creación de empresas se redujo en 14 de las 17 comunidades, con especial severidad en regiones clave. Madrid lideró en número absoluto con 1.995 nuevas sociedades, seguida de Cataluña (1.636) y Andalucía (1.292). Sin embargo, todas estas regiones experimentaron descensos significativos: Madrid cayó un 26,7%, Cataluña un 19,1% y Andalucía un 17,5% aproximadamente, lo que evidencia que el volumen no es sinónimo de dinamismo positivo.
Las mayores caídas interanuales se registraron en Asturias (-29%), Madrid (-26,7%) y Canarias (-25,8%), seguidas por la Comunidad Valenciana (-25,7%) y Castilla-La Mancha (-21,4%).
Solo tres comunidades logran crecer
Frente a este panorama generalizado de contracción, solo tres comunidades autónomas lograron mejorar sus datos respecto a febrero del año anterior. Navarra lideró con un incremento del 30,5%, seguida por La Rioja (+7,5%) y la Región de Murcia (+6,8%). Si bien su peso en el total nacional es limitado, estas cifras muestran que existen bolsas de resistencia donde el tejido empresarial parece conservar cierto vigor.
Un arranque de año para la reflexión
En términos mensuales, comparando febrero con enero de este mismo año, la tendencia también es negativa. La creación de sociedades mercantiles cayó un 18,1%, y las disoluciones se redujeron un 34,5%. Esta contracción mensual, sumada al retroceso interanual, refuerza la percepción de que el emprendimiento en España atraviesa una fase de enfriamiento, en línea con otros indicadores como la desaceleración en el crecimiento económico o las incertidumbres geopolíticas globales.
Mirando hacia adelante
Estos datos ponen en el centro del debate la necesidad de revisar las condiciones para emprender en España. Aunque el Gobierno ha anunciado iniciativas de apoyo a la digitalización y el acceso a financiación, la realidad muestra que el ecosistema empresarial sigue acusando problemas estructurales, como el exceso de burocracia, la rigidez normativa o la falta de incentivos fiscales eficaces.
Además, la caída en la creación de empresas puede tener implicaciones sobre el empleo, la innovación y la competitividad del país. A medida que avanza el año, será clave observar si este retroceso se mantiene o si se trata de un bache coyuntural.
Puntos clave
- La creación de empresas cayó un 20,2% en febrero de 2025, con 8.746 nuevas sociedades, la cifra más baja para este mes desde 2020.
- Madrid, Cataluña y Andalucía lideran en volumen, pero sufren fuertes descensos interanuales. Solo Navarra, La Rioja y Murcia registran aumentos.
- El comercio y la construcción son los sectores más afectados por la disolución empresarial.
- El capital suscrito para nuevas sociedades disminuye un 13,5%, y el destinado a ampliaciones cae más de un 35%.
- El entorno emprendedor arranca 2025 con claros signos de debilitamiento, lo que pone en cuestión la capacidad de recuperación del tejido productivo.