Con la inflación situada en torno al 2,4% y las Letras del Tesoro español ofreciendo rentabilidades por debajo del 2% en el mercado secundario, los inversores orientados a obtener ingresos estables se enfrentan a un nuevo reto. Aquellos que estaban habituados a componer carteras únicamente con deuda soberana nacional, y obtener retornos superiores al 3%, deben ahora ampliar el foco y explorar el universo de la renta fija global. La pregunta es clara: ¿cómo estructurar una cartera de bonos que asegure un 3,5% sin alejarse del perfil conservador?
La respuesta, según diversas gestoras, pasa por construir carteras diversificadas, con emisores sólidos, vencimientos a medio o largo plazo y ratings crediticios que no bajen del grado de inversión. Se trata de una estrategia orientada a mantenerse invertido hasta vencimiento, sin necesidad de especular con precios en el mercado secundario ni estar pendiente de los cambios en la política monetaria del BCE o la Reserva Federal.
El panorama actual: menos rentabilidad, más exigencia
- Inflación controlada: en torno al 2,4% en España.
- Letras del Tesoro: rentan por debajo del 2%, y ya no protegen frente al avance de los precios.
- Fondos de renta fija: siguen captando capital (13.000 millones de euros hasta abril, según Inverco), pero muchos inversores prefieren construir carteras de bonos individuales.
En este contexto, los gestores proponen carteras compuestas por entre cuatro y ocho bonos, de emisores corporativos o soberanos, que equilibren rentabilidad y seguridad, y que tengan buena liquidez en el mercado secundario.
Ejemplos de carteras con enfoque conservador
atl Capital: seis bonos sólidos, yield del 3,67%
La propuesta incluye emisores como:
- Eni (energía)
- BMW (automoción)
- Adif (infraestructura pública)
- General Electric (industrial)
- BP (energía)
- Bono soberano de Italia a 2035 (yield del 3,63%)
Todos con calificación crediticia dentro del rango de inversión (mínimo BBB), sin presencia de deuda especulativa.
Renta 4 Banco: más de un 4% de media con buen rating
Incluyen bonos como:
Stellantis (vencimiento 2034, 4,49%)
Ford (2030, 4,28%, rating BBB-)
Los bonos están seleccionados con cuidado para no comprometer la calidad crediticia. Aunque algunas rentabilidades son atractivas, ciertos bonos requieren asesoramiento para inversores minoristas por su complejidad.
Tressis: diversificación y solvencia
Cartera con títulos de:
- Santander (3,55%)
- BNP Paribas
- General Motors (3,86%)
- General Electric
- Austria (soberano)
En todos los casos, se prioriza:
- Solvencia del emisor
- Tamaño de la emisión (para garantizar liquidez)
- Bonos con categoría investment grade
Enfoques más amplios: más emisores, más equilibrio
Finaccess Value: ocho emisores de distintos sectores
- Engie, AT&T, General Electric (corporativos con buen ratio rentabilidad/riesgo)
- ING y HSBC (deuda subordinada)
- Morgan Stanley (deuda senior unsecured)
- Equilibrio entre emisores financieros, corporativos y soberanos
Andbank WM: cuatro bloques temáticos
Agrupan los bonos en:
Soberanos: como Italia a 10 años al 3,68%
Energía: Enel, al 3,85%
Finanzas: HSBC y CaixaBank (3,90%)
Telecomunicaciones
La estrategia combina rentabilidad y estabilidad, con especial atención al tamaño de la emisión (más de 800 millones).
Buy & Hold: duración más corta, pero alta calidad
Seleccionan cuatro bonos, entre ellos:
- Cepsa y Acciona (españolas, 4% y 4,5%)
- Priorizan vencimientos más cortos para reducir riesgos ligados a duración e incertidumbre sobre tipos
- Foco en emisores con negocios estables y baja probabilidad de impago
Alternativas mixtas y advertencias
Desde Self Bank, destacan que en carteras moderadas como las de Singular Bank se incluyen títulos de:
- Deutsche Pfandbriefbank
- Novelis (4,75%, BB)
- Air France KLM
También recuerdan que la inversión directa en bonos tiene inconvenientes: la elevada inversión mínima por título y la menor diversificación respecto a los fondos, donde con una cantidad menor se accede a decenas de emisores.
Recomendaciones clave para construir la cartera
No perseguir rentabilidades excesivas bajando demasiado la calidad crediticia. El riesgo de default no compensa un extra de puntos básicos si el emisor es dudoso.
Elegir bonos líquidos y de gran tamaño, lo que facilita su venta si fuera necesario y asegura una cotización justa en el mercado secundario.
Equilibrar vencimientos y sectores para evitar concentración de riesgo, tanto temporal como temático.
Asesoramiento profesional en bonos complejos, especialmente si el inversor es minorista y no cuenta con experiencia previa en renta fija directa.
Rentabilidad sin sobresaltos, si se planifica bien
Invertir en renta fija para obtener una rentabilidad del 3,5% sigue siendo posible, pero ya no basta con comprar Letras del Tesoro o confiar ciegamente en la deuda pública nacional. La nueva realidad obliga a diversificar, analizar cada emisor con rigor y combinar bonos de calidad en distintos sectores. Si se construye una cartera con visión a largo plazo, equilibrio entre seguridad y retorno, y se cuenta con el asesoramiento adecuado, los perfiles conservadores pueden seguir generando ingresos estables sin incurrir en sobresaltos innecesarios. La clave está en planificar con método y no dejarse llevar por rentabilidades llamativas sin respaldo financiero sólido.
Puntos clave
- La caída de rentabilidad de las Letras obliga a buscar alternativas en bonos corporativos y soberanos.
- Las carteras propuestas priorizan emisores con grado de inversión y vencimientos largos.
- Es posible obtener en torno al 3,5%-4% sin asumir grandes riesgos si se diversifica adecuadamente.
- La inversión directa en bonos exige conocimientos, asesoramiento y tener en cuenta la liquidez de cada emisión.