Con la inflación aún alejada del objetivo, Schnabel (BCE) afirma: “Solo bajaremos tipos si hay desviaciones significativas”

La economista pone el foco en otros factores de riesgo que podrían mantener las tensiones inflacionarias activas: la fragmentación creciente de la economía global, el impulso fiscal sostenido en algunos países y las expectativas alcistas, entre otros

2020 05 21 13:50:10 023
Ada Sanuy

Coordinadora editorial

Actualizado a

Isabel Schnabel

La miembro del Comité Ejecutivo del BCE, Isabel Schnabel.

Wikimedia

La representante alemana en el comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), Isabel Schnabel, ha lanzado un mensaje claro al mercado: no habrá más recortes de tipos de interés salvo que se produzcan desviaciones significativas en la inflación respecto a la meta de estabilidad a medio plazo. Tras la bajada anunciada en junio, Schnabel considera que los tipos “están en buena posición” y que el listón para nuevos recortes “está muy alto”.

En una entrevista concedida a Econostream, la economista ha reiterado que el proceso de desinflación avanza en línea con lo previsto. No obstante, advierte de que la inflación de servicios y alimentos se mantiene algo elevada, lo que mantiene activa la vigilancia del BCE sobre las presiones internas. La proyección para los próximos trimestres sigue siendo del 2%, con expectativas “bien ancladas”, según explicó.

Una postura cada vez más acomodaticia

A juicio de Schnabel, no existe en estos momentos riesgo de que la inflación caiga de forma sostenida por debajo del objetivo marcado por el BCE. Aunque la reciente moderación de los precios de la energía ha contribuido a reducir las cifras, estima que se trata de un fenómeno transitorio. De hecho, considera “exagerado” el temor a que una apreciación del euro ejerza una presión bajista sobre la inflación subyacente.

La economista también destaca que la política monetaria se está volviendo más flexible. Apunta que un 56% de los bancos consultados en la última encuesta del BCE reconoce que los tipos actuales están impulsando la demanda de hipotecas, frente a solo un 8% que afirma lo contrario. Este cambio en la percepción podría estar adelantando una reactivación progresiva del crédito en los próximos meses.

Sin margen para una bajada adicional

Pese a la evolución positiva de la inflación, Schnabel insiste en que una nueva bajada de tipos no es apropiada “desde la perspectiva actual”. A su entender, solo se justificaría si se detectara una “desviación significativa” en el comportamiento de los precios respecto al objetivo del 2%, algo que, por el momento, no se vislumbra.

Además, la economista pone el foco en otros factores de riesgo que podrían mantener las tensiones inflacionarias activas: la fragmentación creciente de la economía global, el impulso fiscal sostenido en algunos países y las expectativas alcistas tanto de empresas como de hogares en relación con la evolución futura de los precios.

Un debate sobredimensionado sobre el euro

En cuanto al tipo de cambio, Schnabel considera que el debate actual sobre la apreciación del euro frente al dólar está siendo “exagerado”. Recuerda que en las dos últimas décadas ha habido apreciaciones incluso mayores que la actual, sin que eso supusiera impactos duraderos en la inflación.

Además, señala que cerca del 50% de las importaciones de la eurozona están denominadas en euros, lo que reduce la transmisión del tipo de cambio a los precios finales. A su juicio, el fortalecimiento de la moneda europea refleja una mejora de la confianza de los inversores en el potencial de crecimiento del área, lo que a su vez tiende a abaratar la financiación.

El BCE no actúa sobre el tipo de cambio

Schnabel subraya que el BCE no tiene como objetivo intervenir en el tipo de cambio ni fija ningún nivel de referencia específico. El comportamiento de las divisas se incorpora como variable en los modelos de proyección, pero no determina decisiones de política monetaria salvo que tenga efectos estructurales sobre los objetivos de inflación.

Con esta postura, el BCE se desmarca de otras autoridades monetarias que sí han intervenido históricamente en el mercado de divisas. La entidad europea mantiene su enfoque centrado en la estabilidad de precios, con el tipo de cambio como factor secundario.

La inflación, aún bajo vigilancia

Aunque los avances en la desinflación son notables, el BCE mantiene una estrategia de cautela. Schnabel admite que las presiones internas siguen siendo elevadas, lo que obliga a mantener la vigilancia sobre la evolución de la inflación núcleo y los salarios. También menciona que los estímulos fiscales en algunos países podrían estar alimentando la demanda, lo que añade complejidad al escenario.

Por todo ello, el mensaje que lanza la representante alemana es inequívoco: no habrá nuevos recortes de tipos sin razones sólidas. Y, en estos momentos, la estabilidad de las expectativas y la resistencia de la inflación subyacente no ofrecen ese margen.

Expectativas ancladas pero sin euforia

El BCE prefiere avanzar con paso firme y evitar movimientos precipitados. El mensaje de Schnabel refuerza la idea de que la política monetaria europea ha entrado en una fase más prudente, en la que cualquier cambio requerirá fundamentos sólidos y datos concluyentes.

A corto plazo, el mercado deberá asumir que no se producirán nuevas bajadas de tipos por mera inercia. Si no hay señales claras de una desviación en la inflación, el BCE mantendrá su posición actual, en un ejercicio de ortodoxia monetaria frente a la incertidumbre económica global.

Puntos clave

  • Christine Lagarde alerta sobre un “nuevo orden económico mundial” en el que Europa debe redefinir su papel estratégico y reforzar su autonomía.

  • El BCE subraya que la transición verde, el envejecimiento poblacional y la revolución digital son factores clave que reconfigurarán la productividad y los patrones de inversión.
  • La presidenta del BCE insiste en que la estabilidad de precios sigue siendo la prioridad, pese a los crecientes desafíos geopolíticos y financieros.
  • Lagarde advierte que Europa debe prepararse para posibles “shocks más frecuentes y más severos”, impulsando la resiliencia fiscal y el mercado interior.
  • La institución ve urgente avanzar en la unión de mercados de capitales para competir globalmente y facilitar la financiación de la transición energética y tecnológica.