Estados Unidos aplicará un arancel del 25% a todas las importaciones procedentes de Japón y Corea del Sur a partir del 1 de agosto y vuelve a reabrir una guerra comercial. Así lo ha anunciado el presidente Donald Trump en una carta enviada a ambos gobiernos, que difundió a través de su red social, Truth Social. La medida llega después de que Trump amenazara con un arancel del 10% a los países que respalden las políticas de los BRICS. Este gravamen busca forzar la apertura de mercados extranjeros y proteger la industria nacional estadounidense.
En la misiva, Trump acusa a Tokio y Seúl de mantener una relación comercial “lejos de ser recíproca” y de sostener déficits “insostenibles”, que, según afirma, amenazan tanto la economía como la seguridad nacional de Estados Unidos.
“Por favor, comprenda que el 25% es mucho menos de lo que se necesita para eliminar el déficit comercial que tenemos con su país”, señala literalmente el documento enviado, con idénticas palabras, a ambos países.
Aunque el texto establece un arancel único, Trump deja entrever que la tasa podría ajustarse si Corea del Sur y Japón eliminan sus barreras arancelarias, regulatorias y comerciales.
Más países, más castigo
En la misma jornada, Trump extendió la imposición de aranceles a otros países, entre ellos Kazajistán y Malasia, que también deberán afrontar un gravamen del 25%. Sudáfrica recibirá un castigo mayor, con un 30%, mientras que Myanmar y Laos soportarán un 40%. La decisión se comunicó a través de una publicación posterior en Truth Social, alrededor de las 20:15 horas.
Esta ofensiva se suma a otras medidas arancelarias recíprocas que Trump anunció el pasado mes de abril y que ahora quedan incluidas en un nuevo calendario. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, confirmó que se aplaza la aplicación de todas los aranceles al 1 de agosto.
“El presidente también firmará hoy una orden ejecutiva para retrasar la fecha límite del 9 de julio al 1 de agosto”, detalló Leavitt. "Las tarifas recíprocas o estas nuevas tasas se comunicarán por carta o se ajustarán conforme avancen las negociaciones".
Presión: abrir mercados o pagar
Trump ha vinculado directamente la eliminación de estos gravámenes a la apertura de los mercados asiáticos. Considera que actualmente están “cerrados” y cargados de trabas. Su exigencia es eliminar las barreras comerciales, tanto arancelarias como regulatorias, a cambio de posibles reducciones futuras en los aranceles.
Además, ha invitado a las empresas japonesas y surcoreanas a invertir directamente en Estados Unidos, recordándoles que la producción nacional no estará sujeta a los nuevos gravámenes. A cambio, su gobierno promete agilidad burocrática y ventajas regulatorias.
Esta estrategia refuerza el mensaje que Trump ha repetido desde su primer mandato: el comercio debe beneficiar primero a Estados Unidos. Las nuevas medidas podrían también formar parte de su narrativa de cara a las elecciones, donde quiere mostrar firmeza frente a los socios comerciales que, a su juicio, se aprovechan del país.
Corea del Sur busca rebajar tensiones
La reacción de Corea del Sur no tardó en llegar. El Ministerio de Industria calificó la carta como una “extensión de facto del período de gracia” y anunció que acelerará las negociaciones con Washington. En un comunicado, el Gobierno surcoreano aseguró que quiere alcanzar un acuerdo "mutuamente beneficioso". "Aprovecharemos esta oportunidad para impulsar industrias clave a través de la asociación para el renacimiento de la industria manufacturera entre nuestros dos países", subrayó el ministerio.
También se comprometieron a revisar y mejorar sus normativas internas en los ámbitos que preocupan a Estados Unidos, como parte del objetivo de reducir el déficit comercial. El anuncio de Trump coincidió con la visita a Washington de los principales responsables surcoreanos en materia de comercio y seguridad. Su viaje tenía como propósito evitar la imposición de los nuevos aranceles.
Estados Unidos representa el segundo mayor destino de las exportaciones surcoreanas, solo por detrás de China. En 2023, el 18,7% de sus envíos al exterior se dirigieron al mercado estadounidense, por un valor de 127.800 millones de dólares (unos 108.850 millones de euros).
Una estrategia con ecos de 2018
La política arancelaria de Trump recuerda a las decisiones que tomó durante su mandato anterior, especialmente en 2018, cuando desencadenó una guerra comercial con China. Entonces, también impuso tarifas generalizadas bajo el argumento de proteger la seguridad nacional. Aquellas decisiones sacudieron los mercados y afectaron a las cadenas de suministro globales.
En esta ocasión, Trump amplía el radio de acción e introduce un mensaje más directo: los países que mantengan un superávit comercial con Estados Unidos deberán asumir consecuencias económicas.
La presión ejercida sobre Japón y Corea del Sur —dos de sus aliados estratégicos más sólidos en Asia— muestra que Trump nodistingue entre socios y competidores cuando se trata de comercio.
Puntos clave
- Estados Unidos aplicará un arancel del 25% a todas las importaciones de Japón y Corea del Sur desde el 1 de agosto.
- Trump exige que no haya represalias; de lo contrario, aumentará la carga impositiva.
- Kazajistán y Malasia también reciben un 25%, Sudáfrica un 30%, y Myanmar y Laos un 40%.
- Corea del Sur promete “mejorar” su política arancelaria y acelerar las negociaciones.
- El presidente firmará una orden ejecutiva para aplazar todas las tarifas previstas al 1 de agosto.