Donald Trump lo ha vuelto a hacer. El presidente estadounidense ha decidido imponer otro impuesto más en la guerra comercial global y ha advertido de que cualquier país que respalde las decisiones económicas del grupo BRICS se enfrentará a un nuevo arancel del 10%. Así lo comunicó en su red Truth Social este domingo, pocas horas después de la cumbre celebrada en Río de Janeiro, donde los líderes del bloque —Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica— expresaron su rechazo a las sanciones y medidas unilaterales impuestas por potencias como Estados Unidos.
"Cualquier país que se alinee con las políticas antiestadounidenses de los BRICS deberá pagar un arancel adicional del 10%. No habrá excepciones a esta política", escribió Trump en su red social, Truth Social. Esta medida se suma a las presiones comerciales que su administración ha ejercido desde su llegada a la Casa Blanca. En esta ocasión, apunta a economías emergentes que han reforzado su colaboración económica y geopolítica, alejándose de la influencia del dólar.
Una ofensiva en dos tiempos
Antes incluso de detallar el castigo arancelario, Trump anticipó que este lunes 7 de julio comenzará el envío formal de cartas a distintos países, en las que se detallarán los acuerdos alcanzados o los nuevos gravámenes que se aplicarán si no se alinean con Washington. “Las cartas arancelarias de Estados Unidos, y/o tratos, con varios países del mundo, serán entregadas a partir de las 12.00 horas (hora local, 18.00 hora peninsular española)”, anunció el presidente.
Esta comunicación llega apenas 48 horas antes de que expire la prórroga de 90 días para negociar los gravámenes “recíprocos” que su administración implementó anteriormente. Según Trump, hay países que ya han alcanzado acuerdos con EE. UU., pero también habrá otros que enfrenten consecuencias si no lo hacen en el plazo previsto.
1 de agosto, la fecha marcada en rojo
El secretario de Comercio, Howard Lutnick, confirmó que los nuevos aranceles comenzarán a aplicarse el 1 de agosto. “Los aranceles entran en vigor el 1 de agosto, pero el presidente está estableciendo las tarifas y los acuerdos en este momento”, afirmó Lutnick durante una comparecencia con Trump.
A su vez, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, advirtió que el proceso será rápido e intenso: “Las próximas 72 horas van a ser agitadas. En las cartas diremos (a los países) que si ustedes no aceleran la situación, el 1 de agosto volverán a su nivel arancelario del 2 de abril”, explicó en una entrevista con CNN.
La advertencia no solo marca una presión política, sino también una cuenta atrás para aquellos gobiernos que aún no han cerrado pactos bilaterales con EE. UU. Bessent aclaró que el 1 de agosto “no se trata de una nueva fecha límite”, pero sí del inicio de una restauración arancelaria que puede tener impacto inmediato.
BRICS responde con firmeza
Mientras Trump afina su estrategia, el bloque de los BRICS también ha dejado clara su postura. En una declaración conjunta, sus líderes denunciaron el uso de aranceles y sanciones como herramientas de presión política, una práctica que consideran contraria a los principios de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El comunicado no menciona directamente a Estados Unidos, pero la alusión resulta evidente. Acusan que estas medidas “distorsionan el comercio” y pueden provocar nuevas guerras comerciales, con el riesgo de “sumir la economía mundial en la recesión o prolongar aún más un crecimiento débil”.
También han criticado “la imposición de medidas coercitivas unilaterales contrarias al Derecho Internacional” y recalcaron que ningún país miembro impone ni respalda sanciones que no estén autorizadas por el Consejo de Seguridad de la ONU.
China pide evitar la confrontación
Horas después de las declaraciones de Trump, el Ministerio de Exteriores chino respondió. Su portavoz, Mao Ning, aseguró que el bloque BRICS “aboga por la apertura, la inclusividad y la cooperación mutuamente beneficiosa, sin caer en la confrontación o actuar contra ningún país”. “El mecanismo de los BRICS es una plataforma importante de cooperación entre mercados emergentes y países en desarrollo”, subrayó Mao.
Además, defendió la postura de Pekín contra el uso de medidas comerciales como forma de presión. “Nos oponemos a las guerras arancelarias y comerciales, así como al uso de los aranceles como una herramienta de coacción. La imposición arbitraria de aranceles no va en interés de ninguna de las partes”, aseguró.
El dólar como telón de fondo
Más allá de los aranceles, Trump ha manifestado su preocupación por un posible abandono del dólar como divisa dominante en el comercio internacional. En ocasiones anteriores, ha advertido de aranceles del 100% si los BRICS dan ese paso. Sin embargo, en su última reunión, el grupo no acordó ninguna decisión en ese sentido.
A pesar de ello, Washington sigue atento a los movimientos del bloque, que desde hace tiempo estudia alternativas para reducir su dependencia del dólar. Esta intención se considera una amenaza estratégica para EE. UU., lo que justifica en parte la dureza del discurso presidencial.
Puntos clave
- Trump impondrá un arancel del 10% a los países que respalden las políticas económicas de los BRICS.
- Las cartas arancelarias se enviarán este lunes 7 de julio a gobiernos seleccionados.
- El nuevo arancel será efectivo el 1 de agosto, según el secretario de Comercio de EE. UU.
- El bloque BRICS denuncia medidas coercitivas y sanciones unilaterales contrarias al Derecho Internacional.
- China insiste en que no busca confrontación con EE. UU., y defiende la cooperación abierta y equitativa.